La Alianza por la Prosperidad
sta semana se produjo un hecho simbólico de mucha trascendencia, que marca una etapa superior para una región como Centroamérica, que años atrás fue dividida por una cruenta guerra civil y después por el crimen organizado y los desastres naturales que causaron muerte y destrucción.
Los tiempos han cambiado afortunadamente y en los últimos días el liderazgo político de Washington DC fue testigo del trabajo conjunto y coordinado de los ministros de Relaciones Exteriores de El Salvador, Honduras y Guatemala, unidos por una causa común.
Ellos llegaron a la Casa Blanca, al Departamento de Estado, al Capitolio y a los principales centros de pensamiento en Washington DC, para abogar por el apoyo del gobierno de Estados Unidos a un mecanismo denominado “Plan Alianza por la Prosperidad en el Triángulo Norte”.
Dicha iniciativa busca estimular el sector productivo, desarrollar mayores oportunidades para la población, mejorar la seguridad pública y el acceso al sistema judicial y fortalecer las instituciones. El desafío es frenar la migración desordenada hacia los Estados Unidos, y eso se proyecta conseguir “generando oportunidades y no levantando más muros”, como resumió con elocuencia el canciller salvadoreño Hugo Martínez.
Martínez y sus homólogos Carlos Raúl Morales, de Guatemala, y Arturo Corrales, de Honduras, esbozaron el documento inicial en septiembre de 2014. Dicho Plan, perfeccionado con el aporte de sectores del gobierno, el sector privado y la sociedad civil de los tres países, ha sido presentado a las autoridades del gobierno y del Congreso. El documento tiene el apoyo del presidente Obama y del vicepresidente Joe Biden.
Es de esperar que los congresistas y los senadores de ambos partidos autoricen el pedido de fondos hecho por la Casa Blanca para que los países del Triángulo Norte –que también emitirán recursos como contraparte-, logren el desarrollo y la prosperidad que se merecen.