Habla la única sobreviviente de un rayo en DC

Una joven mujer de 28  años vivió la más terrible experiencia de su vida cuando le cayó un rayo que la lanzó a tierra y luego recorrió su  cuerpo, ocasionándole serias quemaduras de las que todavía no se recupera.

Pero ella, identificada como Amber Escudero-Kontostathis, está con vida, aunque no sabe cómo logró salvarse de la muerte cuando ella caminaba la noche del 4 de agosto en las inmediaciones de la Plaza Lafayette, cerca de la Casa Blanca.

Amber contó su estremecedora historia por primera vez en una entrevista exclusiva con el programa televisivo “Good Morning America”, de ABC News, y después con otros medios locales de Washington.

Ella fue la única sobreviviente de la serie de tormentas eléctricas que se abatió la noche del 4 de agosto. Otras tres personas que se encontraban en las cercanías murieron en el acto. 

“No recuerdo mucho de ese día en absoluto”, dijo Escudero-Kontostathis a Good Morning America en su primera entrevista desde el fatal incidente. En otro programa, el de NBC Washington, dijo no estar segura de por qué salió adelante, pero añadió que “definitivamente no voy a desperdiciar esta segunda oportunidad de vida”.

Dijo que ese 4 de agosto se encontraba reclutando voluntarios fuera de la Casa Blanca para Threshold Giving, una organización sin fines de lucro, a través del Comité Internacional de Rescate que ayuda a los refugiados.

Repentinamente comenzó a llover torrencialmente y decidió guarecerse junto a otras tres personas debajo de un árbol, en Lafayette Square.

Fue entonces que seis rayos cayeron sobre el grupo en medio segundo y mataron a tres: James Mueller, de 76 años y Donna Mueller, de 75, una pareja casada que celebraba su 56 aniversario, y Brooks Lambertson, un residente de Los Ángeles de 29 años que estaba de visita en DC por negocios. Otras tres víctimas sufrieron heridas graves y fueron trasladadas a hospitales del área.

Escudero-Kontostathis describió que lo único que recuerda es que el rayo la golpeó a través del suelo “y viajó a través de mi cuerpo”.

“No sé por qué sobreviví”, dijo a su entrevistador de ABCNews. “No me siento bien de saber que fui la única sobreviviente. Estoy agradecida, pero simplemente no me siento bien por ser la única”, repitió.

También dijo que no recuerda mucho sobre su estadía en el hospital, donde fue internada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pero sí tiene recuerdos de las enfermeras que en todo momento trataron de mantenerla tranquila y le dijeron que todo estaría bien.

Escudero-Kontostathis elogió a las enfermeras de la Unidad de Quemados y de la UCI por monitorearla y brindarle atención constante.

“Tenía más una relación personal y un recuerdo con las enfermeras del centro de quemados, cuyos nombres aparecían en los letreros frente a mi habitación, y estoy emocionada de finalmente haberlas podido conocer en persona”.

Dijo que su camino hacia la recuperación fue al inicio frustrante, tanto física como mentalmente. “Se me olvida que no puedo levantarme fácilmente y hacer cosas. Por ejemplo, tengo que usar un andador”, dijo apenada.

“Te despiertas y piensas que puedes levantarte y cepillarte los dientes o tomar una taza de café y yo no puedo. Todo mi lado izquierdo está bastante quemado”, dijo Escudero-Kontostathis, a solo dos semanas de la trágica noche. “Mentalmente también estoy un poco frustrada porque quiero trabajar y hacer cosas… y nada”.

Escudero es directora del equipo de reclutamiento de Threshold Giving, y dijo que amaba el trabajo que hacía y que el hecho de no poder trabajar mientras se recupera es para ella uno de los aspectos más dolorosos de esta experiencia.

“Puedo ayudar a las personas a encontrar su activista interior y construir un puente hacia el trabajo que quieren emprender”, dijo Escudero-Kontostathis. “No hacer eso todos los días probablemente sea para mí más doloroso que limpiar las quemaduras, lo cual lógicamente es también bastante doloroso”.

(RECUADRO)

“MIS ZAPATOS QUIZáS EVITARON MI MUERTE”

  • Amber Escudero-Kontostathis reveló durante su primer entrevista que quizás algo que pudo haberla ayudado ese día fueron sus zapatos.
  • «Estaba usando mis sandalias de plataforma Doc Martens, que tienen suelas de goma gigantescas. Definitivamente creo que contribuyeron a que tuviera quemaduras potencialmente menores y que evitaron mi muerte», dijo.
  • También dijo que se siente “afortunada de estar viva”
  • «Me morí y volví, creo», dijo Escudero-Kontostathis. «No sabes cuándo será tu último día».