Universitarios de primera generación reciben ayuda en EEUU

AP
Washington Hispanic

uando Ariana Ríos se preparaba para su primer día de clases en una universidad de Vermont, su padre, un inmigrante mexicano, no pudo contener las lágrimas y le recordó lo importante que eran sus estudios para toda la familia.

La escena fue tan emotiva porque Ríos es la primera integrante de su familia que va a la universidad. Cuando la muchacha de 18 años llegó al Middlebury College, súbitamente comprendió la trascendencia del momento.

“Cuando lo vi, pensé, ‘Dios mío, la universidad’”, relató Ríos al hablar de su primer día en el campus donde pasará los próximos cuatro años de su vida. “De repente, me di cuenta de que todo era real, de que estaba sucediendo. Soy la primera de mi familia (que va a la universidad) y nadie en mi familia puede ayudarme. Solo pueden apoyarme y decir ‘creemos en ti’”.

Ríos es parte de un creciente grupo de estudiantes universitarios de primera generación. El Postsecondary National Policy Institute (Instituto Nacional de Políticas Postsecundarias) dice que el 34% de los estudiantes de primer año son los primeros miembros de sus familias que cursan estudios terciarios. Muchos de ellos enfrentan serios desafíos académicos, monetarios y sociales, que hacen que el porcentaje que completa los estudios sea más bajo que el de aquellos estudiantes cuyos padres también fueron a la universidad.

Joyce A. Banjac, del Notre Dame College y quien dirige una organización que conecta a estudiantes de primera generación con universidades, dice que la experiencia de estos jóvenes es parecida a la de un turista que llega a un país sin una guía ni un mapa, y sin hablar el idioma de ese país.

“Un estudiante de primera generación se interna en un mundo desconocido cuando comienza sus estudios”, expresó Banjac, quien fue la primera universitaria de su familia. “Es algo distinto a todo lo que conocen y no saben por dónde empezar”.

Es por ello que cada vez más universidades están buscando la forma de ayudar a estos estudiantes. Algunas, como el Notre Dame College, abrieron centros especiales para ellos. La Universidad de California creó un programa de asistencia a los estudiantes de primera generación que funciona en sus 10 campus, en los que el 45% del alumnado son los primeros universitarios de sus familias.

El Dartmouth College de New Hampshire ofrece una cantidad de recursos a los estudiantes de primera generación, incluidos programas de verano, apoyo académico todo el año y una red de ex estudiantes de primera generación que organizan eventos y ofrece acceso a profesionales que pueden transmitirles sus experiencias.

En Middlebury, unos 50 estudiantes de primera generación tomarán parte en el programa First@Midd, que pone a su disposición mentores y ofrece una serie de servicios especiales orientados a satisfacer sus necesidades. Se les asesora acerca de cómo estudiar y administrar su tiempo y se les informa sobre pasantías y sobre la mejor forma de manejarse con los profesores.

“Hay muchos tipos de estudiantes de primera generación. Pueden ser negros o hispanos de barrios pobres o caucásicos de zonas rurales. O incluso gente de clase media-alta”, comentó Matt Rubinoff, de la agrupación californiana Strive for College, con sede en Milpitas.

Administra el programa I’m First, del que participan 200 centros de estudios de todo el país y se enfoca en los estudiantes de primera generación.

En la Universidad del Sur de Maine, donde más de la mitad de los estudiantes de primer año son de primera generación, cada estudiante que llega debe hablar con un consejero académico, según Nancy Davis Griffin, vicepresidenta de la universidad. Esa casa de estudios, que tiene un campus en Portland y otro en Gorham, educa a muchos de los inmigrantes de Maine.

“La educación puede sacar de la pobreza a este grupo de estudiantes. Eso es lo que tratamos de hacer”, señaló.

Después de una semana en el campus, Ríos admitió que la vida en Middlebury no era fácil. Y eso que las clases no habían comenzado. Pero dijo que el programa First@Midd la había ayudado mucho, sobre todo en relación con el manejo de su tiempo.

“Ni me imagino lo que hubiera hecho sin el programa”, declaró.