Harris va a frontera con México para sumar puntos en migración
Kamala Harris va este viernes a la frontera con México para abordar la inmigración irregular, un tema en el que los votantes estadounidenses parecen confiar más en Donald Trump, según las encuestas.
Es el primer viaje de la vicepresidenta a la frontera desde que en julio reemplazó al presidente Joe Biden como candidata electoral demócrata.
Harris «pedirá medidas de seguridad más estrictas» en un discurso en la ciudad fronteriza de Douglas, en Arizona, un estado muy disputado para los comicios del 5 de noviembre, explicó un responsable de su campaña.
Se espera que prometa reforzar el número de agentes y desplegar más equipos para detectar fentanilo, un opiáceo sintético que causa estragos en Estados Unidos.
La demócrata de 59 años también hará hincapié en «la falta de respuesta de Donald Trump al desafío (de la migración) cuando era presidente y sus recientes maniobras para torpedear soluciones apoyadas por ambos partidos» en el Congreso.
«El pueblo estadounidense merece un presidente que se preocupe más por la seguridad fronteriza que por jugar a juegos políticos», dirá, según su equipo.
Trump presionó para que los congresistas republicanos bloquearan un proyecto de ley bipartidista que habría endurecido la política migratoria estadounidense.
– «Cerrar la frontera» –
Harris «debería ahorrar su pasaje de avión, debería volver a la Casa Blanca y decirle al presidente que cierre la frontera; puede hacerlo con solo una firma», declaró el jueves Trump, que la llama «la zarina» porque Biden la dejó a cargo de combatir las raíces de la inmigración irregular.
Según su jefe de campaña, Harris también rechazará «la falsa idea de que hay que elegir entre garantizar la seguridad de la frontera y crear un sistema de migración seguro, organizado y humano».
«¿Por qué no lo hizo? Tiene planes para el futuro. ¿Por qué no lo hizo? Lleva allí (en la Casa Blanca) casi cuatro años», se preguntó Trump el jueves en Nueva York.
Los republicanos reprochan a Biden que haya esperado hasta junio pasado para cerrar la frontera con México a los migrantes que solicitan asilo cuando haya más de 2.500 cruces irregulares en el promedio de siete días.
Desde entonces las cifras han bajado a 58.000 migrantes y solicitantes de asilo interceptados en agosto en la frontera con México cuando intentaban cruzar ilegalmente, en comparación con 250.000 en diciembre pasado.
Esto no impide a Trump sacar músculo con su tema favorito.
El jueves calificó a Harris de «incompetente, débil e ineficaz» y la acusó de ir a la frontera «para tratar de convencer a la gente de que no es tan mala».
– «Inundación de migrantes» -Trump volvió a acusar a los demócratas de una «repentina y asfixiante inundación de migrantes ilegales». «Es una inundación. Es una invasión», afirmó.
«Ellos infectan nuestro país», dijo Trump, que en el pasado ya acusó a los migrantes «de envenenar la sangre» de Estados Unidos.
El millonario de 78 años arremetió duramente contra dos vías creadas por el gobierno del presidente Biden para emigrar al país: pedir cita a través de una aplicación de teléfono móvil (CBP One) y un programa que permite a 30.000 cubanos, venezolanos, haitianos y nicaragüenses llegar a Estados Unidos cada mes si cuentan con un patrocinador en el país que cubra sus gastos.
«Kamala creó un programa completamente nuevo para traer en avión a los inmigrantes de Venezuela, Haití y Nicaragua, y los instalamos en comunidades estadounidenses», en particular en Pensilvania, Wisconsin y Carolina del Norte, afirmó, citando tres de los siete estados que probablemente decidirán el resultado de las elecciones.
Este viernes Trump celebrará un mitin en Michigan, otro estado clave, después de una tensa reunión en Nueva York con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, sobre el apoyo de Estados Unidos a Kiev en su guerra con Rusia.
La retórica migratoria de Trump no es nueva pero en los últimos actos de campaña ha apuntado a medidas concretas, para restar credibilidad a su contrincante en un terreno donde ella intenta ganar confianza.
Según las encuestas, los estadounidenses confían más en Trump que en Harris para hacer frente a la migración ilegal.
El empresario, que recientemente difundió el bulo de que migrantes haitianos comen perros y gatos en una localidad estadounidense, no pierde ocasión de acusar a los demócratas de la «estafa migratoria» y a los migrantes en situación irregular de casi todos los males, incluso de «quitar los puestos de trabajo» a los afroestadounidenses y los latinos.