Alerta sobre muertes Miles de personas con hongos en los pies padecen infecciones graves

Aunque hay micosis comunes como el pie de atleta o las cándidas vaginales, que no implican mortalidad para las personas, los pacientes en edades extremas o inmunodeprimidos, son más propensos a desarrollar infecciones graves por hongos, las que en algunos casos tienen tasas de mortalidad del 80 o 90 por ciento.

La mortalidad de las patologías producidas por hongos dependen de qué tipo de micosis sea, y cuál sea el estado de salud del paciente .

Una reciente investigación sobre el tema liderada por especialistas por primera vez estimó la cantidad de personas que sufrirían enfermedades fúngicas en el mundo y alerta sobre un fenómeno poco difundido .

Como parte de una iniciativa del Fondo de Acción Global para Infecciones por hongos (GAFFI), organización que tiene como objetivo ver cuál es la casuística e incidencia de las enfermedades fúngicas invasoras a nivel mundial, Eduardo Álvarez, académico del Instituto de Ciencias Biomédicas y presidente de la Asociación Micológica de Chile (Amich), lideró el primer estudio que estimó la incidencia de este tipo de patologías en Chile.

“Las micosis son el pariente pobre de la microbiología”, señala el académico, quien cuenta que a falta de un programa de vigilancia -el cual existe en otros países desarrollados- las estimaciones de este estudio pionero en Chile se basan en los reportes que hace el Instituto de Salud Pública (ISP), los reportes que hace ONU SIDA, Unicef, los datos que entrega el mismo CENSO y la OMS, entre otros. 

“En base a toda esa información nosotros aplicamos estadísticas y cálculos que se usan en epidemiología, para así estimar la carga fúngica invasora”.

Según las estimaciones de la investigación,  las personas que presentarían infecciones fúngicas graves solo en chile , alcanzarían los 325 mil anualmente, equivalente a un 2 por ciento de la población. 

La candidiasis vaginal producida por la Candida albicans, la aspergilosis broncopulmonar alérgica (ABPA) causada por Aspergillus especies y el asma grave con la sensibilización fúngica (SAFS), serían las infecciones por hongos más comunes en la población.

Álvarez califica esta realidad de afortunada -“si tú comparas con otros países de África, de Centro América, nosotros estamos bien”-, no obstante alerta que en Chile el diagnóstico de micosis no siempre es posible. “Un paciente que está en Coyhaique, en Punta Arenas, en Arica, no tenemos claro si tiene acceso a un buen diagnóstico”, señala el académico, quien además agrega que “las micosis muchas veces son una amenaza fantasma, hay muchas que son silentes, que no son diagnosticadas, por ende, se les pasa por alto, y a veces el paciente muere y luego se dan cuenta que murió por una micosis”.

La mortalidad de estas patologías depende en gran medida de qué tipo de micosis es. “Una muy frecuente es el pie de atleta, pero de un hongo en los pies, nadie muere. Sin embargo, hay otras micosis que tienen una mortalidad que llega al 80 o 90 por ciento”, afirma.

Otro punto que hay que considerar cuando se habla de una infección grave por micosis, es el estado de salud de los pacientes. Además de las edades extremas, que siempre implican mayor riesgo, un niño que tiene leucemia, una persona con algún tipo de cáncer que está en un tratamiento quimioterápico o un paciente con VIH, suelen ser pacientes inmunocomprometidos, por ende, no tienen la capacidad de defenderse bien ante un agente micótico.

“Por ejemplo, un Aspergillus que llega al pulmón, causa un aspergiloma en los pacientes neutropénicos, y la mortalidad ahí puede ser alta. En un paciente sano, no. 

De hecho nosotros respiramos todos los días esporas de Aspergillus, pero como somos inmunocompetentes no nos pasa nada”, subraya el experto quien advierte que “en el caso de un transplantado renal que adquiere una infección por hongo fusarium, se dice que por día su mortalidad aumenta un diez o doce por ciento. O sea, eso nos da que en dos semanas podría estar muerto”.

El desplazamiento del mundo fúngico y el cambio climático:

Existen muchos tipos de hongos cuyo desarrollo y crecimiento se ve fomentado en alta humedad y  temperatura. Es por lo mismo que las condiciones climáticas de nuestro país dificultan que algunos hongos estén presentes.

Dadas estas condiciones, ya existen hipótesis de científicos que apuntan a un cambio en la población de hongos en el mundo conforme varíen las condiciones por el cambio climático.

“Todos pensamos que va a subir la temperatura en muchos lugares, y que en el caso de Chile, podríamos tener uno, dos o tres grados sobre la media que tenemos habitualmente. Probablemente, si eso también se relaciona con la humedad ambiental, podría darse el caso de que hongos que son de regiones subtropicales, ahora estén presentes en nuestro medio”, concluye el Dr. Álvarez, quien detalla que hongos que no se desarrollan en nuestro territorio, podrían desplazarse de Ecuador, de Perú, de Bolivia, del norte Argentino y alcanzar latitudes como las nuestras.

Las infecciones por hongos son cada vez más frecuentes.

Los investigadores de vacunas se están centrando en un pequeño grupo de hongos responsables de la inmensa mayoría de las infecciones mortales en Estados Unidos.

Las infecciones fúngicas son cada vez más frecuentes en Estados Unidos, pero a diferencia de las enfermedades causadas por bacterias o virus, no existe ninguna vacuna que proteja contra esta amenaza.

Los hongos causan una amplia gama de enfermedades en las personas, desde el irritante pie de atleta hasta infecciones del torrente sanguíneo potencialmente mortales.

En EE. UU., las infecciones por hongos son responsables de más de 75,000 hospitalizaciones y casi nueve millones de visitas ambulatorias cada año, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés). 

En 2021, unas 7,200 personas murieron por enfermedades fúngicas. Estas cifras, según los CDC, son probablemente una subestimación.

Las muertes normalmente causadas por un microorganismo llamado hongo dermatofito. Estas infecciones pueden ser contagiosas y suelen ser difíciles de eliminar completamente, pero afortunadamente en la mayoría de adultos, los hongos en las uñas de los pies no plantean ningún riesgo de salud grave.

Uñas de los pies normales sobre la izquierda; uñas de los pies con hongos sobre la derecha

Los hongos en las uñas de los pies son una afección común que comienza como una mancha blanca o amarilla en la punta de una de ellas. 

A medida que la infección se vuelve más profunda, los hongos pueden provocar decoloración, engrosamiento o desmoronamiento en el borde de la uña. Las infecciones micóticas (por hongos) ocurren con más frecuencia en las uñas de los pies que en las de las manos porque las primeras están confinadas dentro de los zapatos a un ambiente oscuro, tibio y húmedo, donde los hongos pueden prosperar. Además, el flujo sanguíneo de los dedos de los pies es menor al de las manos, lo que dificulta al sistema inmunitario detectar la infección y detenerla.

La probabilidad de contraer hongos en las uñas de los pies aumenta con la edad porque a medida que uno envejece, el sistema inmunitario cambia y con el paso del tiempo, también las uñas se vuelven más frágiles y secas, presentando más rajaduras donde los hongos pueden alojarse.

Las uñas de los pies tienen varias capas, apiladas una sobre otra, lo que puede dificultar el deshacerse de los hongos porque éstos se meten dentro de las capas y entre ellas. Los hongos también pueden asentarse sobre la uña o crecer debajo de ella. En algunos casos, los hongos llegan a las células que producen la uña, llamadas matriz ungueal, lo que hace muy difícil eliminarlos debido a que las células que fabrican el resto de la uña del pie ya están infectadas.

Sin embargo, lo bueno es que los hongos en las uñas de los pies normalmente no conducen a problema médicos graves. Con esa idea en mente, a los adultos sanos con infección micótica leve en las uñas de los pies generalmente no les recomiendo tratarla o sólo tratarla con medidas tópicas. Por ejemplo, afinar la uña un poco, si es posible, con una lima de uñas para que los hongos tengan menos espacio donde vivir, así como mantenerla corta porque cuando las uñas están largas, ofrecen más espacio para el desarrollo de los hongos.

Si desea hacer algo más, puede adquirir sin receta unas lacas similares al esmalte de uñas para aplicarlas a las uñas de los pies. Esos tratamientos ayudan a evitar el crecimiento de los hongos. Por otro lado, el médico puede recetarle un producto que contiene un medicamento antimicótico para aplicar una o dos veces diarias sobre la uña a fin de eliminar la infección.

Es posible que haya visto anuncios publicitarios sobre tratamientos con láser para los hongos de las uñas de los pies, pero yo no los recomiendo porque suelen ser muy caros y, por el momento, la mayoría de seguros de salud no cubre el costo de ese tipo de tratamiento.

En ciertos casos específicos, sugiero un plan de tratamiento más agresivo para los hongos en las uñas de los pies. Si usted padece diabetes inestable o su sistema inmunitario está comprometido (por ejemplo, tiene VIH, se sometió a un trasplante o recibe tratamiento contra el cáncer), entonces requiere pronto tratamiento para la infección micótica. Si se la deja, los hongos pueden diseminarse a otras partes del cuerpo y enfermarlo mucho.

En esas situaciones, el tratamiento generalmente implica la aplicación de los medicamentos tópicos antes mencionados, además de la administración de antimicóticos orales, tales como terbinafina o itraconazol. Esos fármacos ayudan a que la nueva uña crezca sin la infección y gradualmente reemplace la parte infectada. Ese tipo de medicamentos por lo general se administra durante seis a doce semanas, aunque los resultados del tratamiento no se ven al final de ese período, sino hasta que la nueva uña crece completamente. Este tratamiento puede requerir que transcurran varios meses o más hasta eliminar completamente la uña infectada.