Primarias en Argentina, ¿preludio de un cambio de era política?
Los argentinos votarán el domingo en unas primarias que definirán mucho más que los candidatos presidenciales a las elecciones generales de octubre: podrían convertirse en el preludio de un cambio de ciclo político tras dos décadas marcadas por la polarización entre kirchnerismo y anti-kirchnerismo.
En lo formal, las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) consagran las fórmulas que competirán en las presidenciales del 22 de octubre. En la práctica, funcionan como una gran encuesta nacional sobre la tendencia del electorado.
Hay bastante coincidencia entre los analistas en que el proceso electoral que se pondrá en marcha el domingo puede marcar una bisagra en la política argentina, con una sociedad que parece haber llegado al límite de su paciencia a causa de una inflación de más del 115% interanual que se devora sus ingresos, una pobreza estructural que ronda el 40% y una inseguridad potenciada por el avance del narcotráfico.
Una señal de ello es la ausencia en las boletas de la expresidenta de centroizquierda Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), actual vicepresidenta, y el exmandatario conservador Mauricio Macri (2015-2019) -extremos de una polarización que marcó la política argentina en las últimas dos décadas-, que daría cuenta del incipiente ocaso de ambos liderazgos y el surgimiento de otros.
“No sólo se trata de una elección de cambio o continuidad, también se trata de una elección de cambio o continuidad en estos liderazgos. Es la primera vez en casi 20 años que hay una transición en las dos grandes coaliciones”, dijo a The Associated Press Mariano Machado, analista principal para las Américas en Verisk Maplecroft, consultora de riesgo global.
Agregó que “estamos viendo si van a dar el paso adelante en términos de al menos relegar a una posición un poco menos protagonista a sus liderazgos de origen Cristina y Macri. Sería la señal que interpretarían mejor los observadores externos”.
Tampoco es parte de la contienda electoral el presidente Alberto Fernández, quien desistió de buscar la reelección por su impopularidad.
En este contexto, la coalición opositora de centroderecha Juntos por el Cambio aparece mejor perfilada en las encuestas para recuperar el poder político que perdió en 2019 a manos del peronismo.
Por ello mismo, su primaria entre el alcalde capitalino Horacio Rodríguez Larreta y la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de resultado abierto, “es crucial porque define al candidato que pica en punta de cara a la elección general”, proyectó Juan Cruz Díaz, director de Cefeidas, una consultora de riesgo político basada en Buenos Aires.
Socio político de Macri desde principio de este siglo, Larreta optó por tomar distancia con el referente de su espacio y ha planteado la necesidad de establecer puentes con otras fuerzas políticas para llevar a cabo las reformas económicas urgentes.
“Larreta decidió romper ese vínculo de más de dos décadas para construir una figura más personal e independiente. Su candidatura no está condicionada por la figura de Macri”, apuntó Díaz. Acotó que la narrativa de Larreta es “más dialoguista».
Bullrich, una dirigente que se inició en la política en los años 70 en el peronismo de izquierda y luego transitó por distintos espacios hasta situarse en el ala más dura de Juntos por el Cambio, se muestra más cercana a la conducción de Macri, aunque aclaró que no será su títere.
Por otro lado, se descuenta que el ministro de Economía, Sergio Massa, un moderado dentro del peronismo gobernante, se impondrá en la interna del oficialista Unión por la Patria sobre el dirigente social izquierdista Juan Grabois.
Si bien la potencia electoral del ministro se ve condicionada por el fracaso de su gestión para contener la inflación, una buena elección podría consagrarlo como el nuevo líder del futuro peronismo opositor.
“Massa tiene buena imagen en el sector privado. Siempre dispuesto al diálogo. Percibido como positivo. Su capacidad para disputar la centralidad de Cristina (dentro del peronismo) va a depender del resultado de octubre”, opinó el experto Díaz.
Pero hay dos factores que suman incertidumbre sobre quiénes se perfilarán como los competidores con más posibilidades de llegar a la Casa Rosada. La emergencia de Javier Milei, un economista ultraliberal que propone dolarizar la economía y cerrar el Banco Central y aglutina el voto de los indignados con los políticos tradicionales. Y el alto ausentismo de votantes en las elecciones provinciales de los últimos meses, que podría replicarse en las primarias pese a que en Argentina el voto es obligatorio.
“La gente está bastante desorientada, no saben bien a quién votar. Ni siquiera hablan. En otros años hablaban más. Ahora no, están resignados”, comentó Damián Altamirano, un taxista de 39 años. “Voto por Milei por descarte, los demás candidatos no me dan seguridad. Por lo menos en las PASO. Después me fijo quién va quedando”.
Para el analista y consultor político Orlando D’Adamo, director del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano, “hay desilusión de la gente con los políticos en cuanto no sólo no mejoran las cosas, sino que no evitan que empeoren”.
“Argentina está en problemas no desde 2019, ni tampoco 2015. Los principales indicadores económicos y sociales vienen en una marcada tendencia de decadencia, con alguna subida circunstancial. Este descreimiento generalizado, creo que facilita la emergencia de líderes políticos como Milei”, opinó.
El domingo será la primera etapa de un proceso que finalizará el 10 de diciembre cuando asuma un nuevo presidente, que además de la inflación deberá lidiar con la escasez de dólares y la pesada carga del endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y acreedores privados.
“En Argentina no se puede dejar cerrado nada porque siempre sorprende, pero da la sensación… que Argentina está ingresando a un nuevo ciclo con renovación generacional de ambas coaliciones”, aventuró Artemio López, analista político y director de la consultora de investigación social Equis. “Este ciclo no sé la forma que asumirá en términos políticos y de formato partidario, pero sé que estos liderazgos que aparecen en esta elección son intermedios, de transición y de baja intensidad”.