Samsung recibe exención temporal de EEUU para chips en China

Samsung Electronics recibió una exención que le permitirá seguir manteniendo, al menos temporalmente, sus instalaciones de producción de chips de memoria en China, de acuerdo con un funcionario del gobierno del presidente Joe Biden, una semana después de que Estados Unidos endureciera sus normas de exportación a China, limitando su capacidad de obtener chips electrónicos de alta tecnología.

El funcionario, que no estaba autorizado a hablar con la prensa, pero que lo hizo bajo condición de anonimato, precisó que Samsung recibió una licencia para el equipo necesario para mantener las instalaciones existentes, pero no para exportar los chips que están prohibidos.

El Departamento de Comercio de Estados Unidos se negó a comentar específicamente sobre la exención a Samsung, citando las normas de la agencia, pero en una declaración preparada, el Departamento confirmó que las empresas pueden buscar autorizaciones caso por caso para ayudar a mitigar preocupaciones en las cadenas de suministro.

La Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio tenía previsto ofrecer una sesión informativa pública sobre la norma el jueves más tarde.

El diario The Wall Street Journal fue el primero en informar que Samsung obtuvo una licencia temporal. Samsung tiene su sede en Corea del Sur.

Beijing criticó a Estados Unidos por sus reforzados controles de exportación que dificultan que China obtenga y fabrique chips informáticos avanzados, calificando la medida de violar las reglas económicas y comerciales internacionales y advirtiendo que sólo “aislarán y serán contraproducentes” para Estados Unidos.

Washington ha dicho que los nuevos controles de exportación son parte de los esfuerzos continuos para proteger la seguridad nacional y los intereses de política exterior de Estados Unidos.

Las relaciones entre Estados Unidos y China se han deteriorado en los últimos años por cuestiones tecnológicas y de seguridad. Washington ha implementado medidas y restricciones diseñadas para evitar que China obtenga tecnología de microprocesadores, mientras que China ha invertido el equivalente a miles de millones de dólares en la producción de semiconductores.