A estos países de América Latina ya los afecta el cambio climático

Los científicos llevan mucho tiempo advirtiendo que el clima extremo provocará desastres en el futuro. Pero para Centro y Sudamérica, que en el último mes ha sufrido deslaves letales en Brasil, incendios forestales en humedales argentinos e inundaciones en el Amazonas tan graves que han arruinado las cosechas, el futuro ya está aquí.

El 15 de febrero, en apenas tres horas, en la ciudad de Petrópolis, en las boscosas montañas del estado de Río de Janeiro, cayeron más de 25 centímetros (10 pulgadas) de lluvia, el récord diario desde que las autoridades comenzaron a llevar registros en 1932. Los deslaves posteriores se cobraron la vida de más de 200 personas y dejaron a cerca de 1.000 sin hogar.

Un reporte publicado el lunes por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), corrobora lo que muchos sobre el terreno están viendo con sus propios ojos. El calentamiento global está alterando la intensidad y frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, como El Niño y La Niña –el calentamiento y enfriamiento de partes del Pacífico que altera los patrones climáticos en todo el planeta-, que además se han vuelto más difíciles de predecir, causando daños adicionales, afirmó el reporte.

“Se prevé que el cambio climático convierta los riesgos existentes en la región en riesgos clave graves», apuntó el informe.

Hasta 2020, en los humedales de Esteros del Iberá argentinos había mucha agua, pantanos, lagos estancados y lagunas, y era uno de los mayores ecosistemas de este tipo en el mundo. Pero una histórica sequía en el Río Paraná acabó con gran parte de ellos y sus aguas están en el nivel más bajo desde 1944. Desde enero, es el escenario de incendios devastadores.

Y esta semana, el 70 por ciento de la remota ciudad de Jordao, en la selva amazónica brasileña, quedó anegada por la crecida de dos ríos. Esto ha destrozado la vida de miles de personas en la región, incluyendo en 32 comunidades indígenas.

 

Afecta enormes regiones

Centroamérica y Sudamérica son la segunda región más urbanizada del mundo por detrás de Norteamérica, con el 81 por ciento de su población residiendo en ciudades. En este contexto, los bosques juegan un papel vital para estabilizar los climas locales y ayudar al mundo a cumplir sus ambiciosos objetivos de temperatura establecidos por el Acuerdo del Clima de París de 2015, según los expertos.

La Amazonía almacena entre 150 mil y 200 mil millones de toneladas de carbono en la vegetación y el suelo, según Carlos Nobre, un destacado científico climático brasileño que ha estudiado el bioma durante varias décadas.

“Esta es una reserva enorme», dijo Nobre a The Associated Press en una entrevista telefónica. “Si se pierde el bosque, este dióxido de carbono, un importante gas de efecto invernadero, pasa a la atmósfera. Es muy importante mantener el bosque».

Pero la mayoría de los gobiernos de la región no han escuchado las advertencias del IPCC ni han frenado la destrucción. Muchos líderes latinoamericanos han guardado silencio sobre la tala y la minería ilegales en regiones sensibles. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha ido más allá, alentando abiertamente ambas actividades tanto con sus palabras como debilitando las agencias y la regulación ambiental.

Incluso en Colombia, donde su presidente, Iván Duque, ha intentado frenar la tala ilegal, un reciente incremento de los incendios llevó a más de 150 académicos y activistas internacionales a enviar la semana pasada una carta que instaba al gobierno a asumir una postura más agresiva.

 

Sequías e incendios

Alejandra Boloqui, de 54 años, gestiona una reserva natural privada en Esteros del Iberá y ha estado ayudando a los bomberos en su desesperada lucha contra el fuego.

La semana pasada grabó una escena con su celular que la sobrecogió de tristeza: una docena de caimanes huyendo de las llamas y recorriendo un camino de tierra en busca de agua. Le llamó la atención que se moviesen de día ya que son reptiles muy lentos que se desplazan por la noche para evitar el calor.

Las autoridades locales han atribuido los incendios a la quema de pastos para la ganadería, algo prohibido desde diciembre. Los expertos del IPCC destacan en su reporte que las sequías sientan las bases para los incendios se propaguen rápidamente.

Las regiones del sur y el sureste de Brasil sufrieron el año pasado sus peores sequías en nueve décadas, lo que hizo temer por un posible racionamiento de la electricidad debido a la dependencia que tiene la red de las centrales hidroeléctricas. Al mismo tiempo, en Manaos, la mayor ciudad de la Amazonía, los ríos crecieron a niveles nunca vistos en más de un siglo de registros, anegando calles y viviendas y afectando a unas 450 mil personas en la región.

Esta semana, con la mayor parte de la ciudad amazónica de Jordao bajo el agua, el líder indígena y agente forestal Josias Kaxinawá trabajaba para llevar toda la ayuda posible a decenas de comunidades.

“Estamos viviendo nuestro peor momento. Inundaciones, lluvias, vientos. El cambio climático nos está creando más problemas. Estamos perdiendo muchas cosas: barcos, electrodomésticos, todas las cosechas que plantamos el año pasado», explicó Kaxinawá por teléfono desde Jordao, agregando que nunca había visto tantas precipitaciones en esta zona. “Nos preocupa el futuro».

El reporte del IPCC sugiere que fenómenos como estos seguirán azotando la región.

ONU: “Mundo será más hambriento y peligroso”

 

  • Se prevé que en los próximos 18 años el cambio climático hará del mundo un lugar más enfermizo, hambriento, pobre, sombrío y mucho más peligroso por un incremento “inevitable” de riesgos. Y después de eso más valdrá estar atentos.
  • Un reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas indicó el lunes que, si bien el calentamiento global causado por el ser humano no se limita solamente a otro par de décimas de un grado, la Tierra que ahora se ve afectada regularmente por calor, incendios, inundaciones y sequías mortales en las próximas décadas se deteriorará en 127 formas, algunas de ellas “potencialmente irreversibles”.
  • “La evidencia científica acumulativa es inequívoca: El cambio climático es una amenaza para el bienestar del ser humano y la salud del planeta”, indicó el reporte más grande diseñado para guiar a los gobernantes de todo el mundo en sus esfuerzos para frenar el cambio climático.