Universidad de Trump ingresa a la campaña

Elliott Spagat y Julie Pace
AP

ocumentos recién publicados revelan que la “Universidad de Trump”, una de las iniciativas del precandidato republicano Donald Trump, aplicaba estrategias para hacer que la gente se registre en clases aun cuando no podían pagarlas.

Las revelaciones llevaron a la rival demócrata de Trump, Hillary Clinton a denunciar que el magnate inmobiliario se aprovechó de la ignorancia de gente inocente.

“La Universidad de Trump era una maniobra fraudulenta usada para aprovecharse de la gente que menos podía pagarlas”, señaló Clinton durante un acto por las primarias en San Diego, California, el jueves 2.

Fuentes de la campaña de Clinton revelaron que su estrategia incluirá pintar a Trump como ‘un millonario egocéntrico e insensible’ que hace muchas promesas pero que sólo está interesado en hacer más dinero. Como parte de esa estrategia, Clinton criticó duramente a Trump por comentarios en que pareció aplaudir el colapso del mercado de vivienda, y por no cumplir su promesa de donar fondos a veteranos militares hasta que la prensa lo presionó sobre el tema.

“Le promete a los votantes que hará que sus vidas mejoren, pero es todo un truco para promoverse a sí mismo”, declaró Brian Fallon, portavoz de Clinton.

La Universidad de Trump ya es objeto de dos demandas –una precisamente en San Diego y otra en Nueva York- en las que se acusa al empresario ‘de engañar a los estudiantes con promesas huecas de enseñarles los secretos del éxito’ en el mercado de bienes raíces. Se dice que las clases dictadas en la Universidad de Trump eran poco más que comerciales en los que se presionaba a la gente a comprar más y más, sin beneficio alguno al final.

Trump ha insistido en que los alumnos estaban satisfechos con las clases, lo que fue repetido por sus abogados cuando los nuevos documentos fueron revelados el martes 31 de mayo. El viernes pasado, un juez del caso, que ha sido objeto de burlas e insultos por parte de Trump, favoreció el argumento de los abogados del Washington Post de que el público tenía derecho a saber lo que estaba en esos documentos.