Más deportaciones de niños y madres; y más conservadores a la Corte Suprema
Patricia Guadalupe
Washington Hispanic
solamente seis meses de las elecciones presidenciales y ocho para terminar la administración del presidente Obama, autoridades federales han iniciado otra ronda de deportaciones, ya la tercera en lo que va del año.
A la Casa Blanca le han llovido críticas, incluso de legisladores demócratas y otros aliados del presidente Obama, quienes dicen que estas redadas están dividiendo a familias y provocando mucho miedo en la comunidad migratoria. La Casa Blanca defiende las redadas, diciendo que están enfocadas en deportar a criminales, pero no ha sido el caso en anteriores redadas. Las de enero y marzo agarraron en su mayoría a mujeres y sus hijos menores de edad.
El grupo CASA de Maryland auspició una protesta esta semana en frente de la Casa Blanca, llevando la manifestación hasta la sede del Comité Nacional Demócrata cerca del Capitolio, diciendo que quieren recordarle tanto a la Casa Blanca como a los candidatos presidenciales demócratas que deben proteger a familias migrantes.
“Estamos pidiendo que traten a los migrantes como lo que son: refugiados”, dijo Gustavo Torres, director ejecutivo de CASA. “Los migrantes están huyendo de situaciones deplorables, y necesitan recibir un trato equiparable. Estas políticas son escasamente humanitarias y no reflejan los valores celebrados por la presente administración”, añadió.
CASA también está lanzando una nueva serie de talleres, “Conoce tus Derechos” para ayudar a los inmigrantes y también ha restablecido un número de emergencia que funciona las 24 horas para recolectar información e investigar actividades de redadas. Ese número es 240-491-5783.
A la vez, un grupo de estudiantes en la Universidad de Georgetown pidieron que se le retire la invitación para hablar en la graduación este sábado 21 a Jeh Johnson, el secretario de Seguridad Nacional (DHS, en inglés).
“No deben forzarnos a recibir nuestros diplomas de un individuo directamente responsable de separar a nuestras familias”, dice una carta que los estudiantes enviaron a la universidad. La universidad asegura que no retirará la invitación, comentando que aunque respetan las preocupaciones de los estudiantes, él es “un líder importante que busca solucionar asuntos críticos”, como la inmigración.
Y para los que piensan que las elecciones no tienen consecuencias a largo plazo, tengan en mente que el presunto nominado del Partido Republicano tiene una lista de candidatos a la Corte Suprema del país, un nombramiento de por vida, y actualmente con una vacante. Obviamente dada su retórica, se presume que de llegar a la Casa Blanca, Donald Trump nombraría a personas conservadoras que pudieran cambiar leyes y políticas del país que en nada ayudarían a la comunidad hispana. Incluso ya hay grupos que rechazan cualquier nombramiento que él haría.
“No importa a quién Donald Trump considere para un puesto en la Corte Suprema porque esa persona estaría haciendo un trato con el diablo. Tendría que apoyar políticas como negarles la entrada al país a musulmanes y deportar a inmigrantes mexicanos. Si alguien cree que un nombrado a la corte de mayor importancia en el país no tendría que prometerle a Donald Trump lealtad a sus políticas peligrosas y divisivas, están más locos que él”, comenta el grupo progresista Americanos Unidos Por El Cambio (AUC, por sus siglas en inglés).