Inmigrantes aplauden plan migratorio de Biden
AP
Washington Hispanic:
Los inmigrantes aplaudieron el miércoles el plan del presidente Joe Biden para allanar el camino a la ciudadanía estadounidense a unos 11 millones de personas que viven en el país sin un estatus legal, con una mezcla de esperanzas y cauto optimismo mientras pareciera que ha cambiado radicalmente la manera en que el gobierno los ve y los trata.
A poco de asumir sus funciones, Biden avanzó para revertir cuatro años de restricciones y deportaciones masivas con un plan que allana camino a la ciudadanía y fue esbozado en un proyecto de ley. Emitió también una serie de medidas ejecutivas que dan marcha atrás a numerosas iniciativas de inmigración del expresidente Donald Trump, entre ellas, paralizando los trabajos de construcción de un muro fronterizo con México y eliminando las restricciones de viaje de varios países, principalmente musulmanes. Biden ordenó también a su gabinete que trabaje para mantener las suspensiones de las deportaciones de cientos de miles de personas que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños.
“Esto impone una nueva narrativa en la que se nos deja de ver como criminales y como gente que depende de la beneficencia para abrirnos las puertas a eventualmente convertirnos en estadounidenses”, dijo Yanira Arias, una inmigrante salvadoreña con TPS o Temporary Protected Status que vive en Puerto Rico, un territorio estadounidense.
Arias es una de las 400.000 personas que se benefician de ese estatus tras huir de la violencia o desastres naturales.
“Crea un futuro más esperanzador para los inmigrantes en Estados Unidos pero todo depende del Congreso, especialmente del Senado”, dijo Arias, que trabaja para Alianza Américas, un grupo que lucha por los derechos de los inmigrantes
Aún no se sabe si el proyecto de ley será aprobado por Congreso, donde se cree que encontrará una fuerte oposición. Otros intentos similares más recientes fracasaron: en 2007 bajo el presidente republicano George W. Bush y en 2013 bajo la administración demócrata de Barack Obama.
Sin embargo, Ofelia Aguilar, que vio el discurso inaugural de Biden en la televisión junto a otras cuatro trabajadoras agrícolas en Homestead, en el sur de la Florida, dijo que se sentía optimista sobre las perspectivas de una reforma migratoria.
“Tengo la ilusión de que nos dé un estatus legal”, expresó Aguilar, quien cruzó la frontera sola y embarazada de seis meses cuando llegó desde México en 1993. Trabajó en los campos cultivando vegetales y plantas antes de comenzar su propio negocio de cultivo de jícama en 2019.
“Se abre una esperanza”, gritó Aguilar mientras aplaudía, inmediatamente después que Biden juró como presidente. “Tanta gente que sufre, familias divididas que han dejado a todos sus seres queridos”.
Entre las agricultoras que se reunieron en el jardín de una casa a unos 56 kilómetros al sur de Miami, también había algunas que expresaron su desilusión porque Biden no mencionó la reforma migratoria en su discurso.
“Tengo esperanza en Dios, pero en los presidentes no”, manifestó una de ellas, Sofía Hernández, una trabajadora agrícola que vive en Estados Unidos sin estatus legal desde que llegó en 1989. “Ya tantos han dicho que van a hacer algo y no veo resultados”.
Hernández llegó desde México en busca de una oportunidad económica. Sus tres hijos nacieron en Estados Unidos y enviaba dinero regularmente a su familia hasta que sus padres fallecieron. Como no tenía pasaporte ni autorización, no pudo viajar a despedirlos.
“Mi sueño es poder salir a ver a la familia que me queda y volver aquí a estar con mis hijos”, dijo Hernández.
En Nueva York, Blanca Cedillos dijo que también estaba decepcionada con el hecho de que Biden no mencionó la inmigración durante su discurso. La salvadoreña lo vio y escuchó en español junto a media docena de migrantes, todos con tapabocas, que se reunieron en una sala de una organización sin ánimo de lucro en Brooklyn llamada Proyecto de Justicia Laboral.
“Esperaba que él (Biden) dijera algo”, dijo Cedillos, de 47 años, y quien perdió su empleo como niñera durante la pandemia del coronavirus y ahora limpia casas cuando la llaman. Cada semana pasa a buscar una caja gratis de comida que el Proyecto de Justicia Laboral le entrega.
Cedillos lleva 18 años viviendo en Estados Unidos sin autorización y espera poder visitar a los cuatro hijos que dejó en Centroamérica para después regresar a Nueva York de forma legal.
“Yo les digo a mis hijos ’¡ya falta poco! Espero que este nuevo presidente me dé esa oportunidad”, dijo.
Gustavo Ajché, un trabajador de la construcción guatemalteco que llegó a Estados Unidos en 2004, vio la ceremonia de inauguración sentado en una silla, cerca de Cedillos.
“No quiero ilusionarme mucho porque uno queda luego frustrado, como ha pasado anteriormente”, dijo Ajché. “Llevo aquí muchos años y pago mis impuestos. Esperemos que se haga algo”.
En Phoenix, Tony Valdovinos, un consultor de campañas políticas que fue llevado por su familia a Estados Unidos desde México cuando era un niño, dice que no celebra aún.
Valdovinos es uno de los miles de jóvenes que se han beneficiado de un programa de alivio migratorio conocido como DACA, que protege de la deportación a migrantes que fueron llevados a territorio estadounidense desde el extranjero cuando eran niños.
“Es difícil creer con fervor en estas cosas cuando en el pasado no han funcionado”, dijo el joven. “Hemos acabado decepcionados muchas veces”.
María Rodríguez, directora ejecutiva de la Coalición de Inmigrantes de la Florida, en Miami, dijo que siente lo mismo.
“Estoy contenta y aliviada pero aún tenemos miedo de que se nos rompa el corazón de nuevo”, dijo. “Hemos pasado por esto muchas veces, aunque realmente tenemos que lograr una solución que tire hacia adelante”.
Anabella Aguirre, una inmigrante en Los Ángeles que se dedica a la limpieza, necesita esa solución no sólo para ella sino para sus dos hijas, que se acogieron a DACA y ahora se embarcan en sus carreras.
“Como miles de madres y padres, quiero que mis hijas tengan algo mejor en este país”, dijo Aguirre. “Esperamos que hoy, este amanecer, tenga una esperanza”.