Empleados públicos se sienten sitiados por medidas de Trump
Son parte de los primeros blancos del presidente Donald Trump: los funcionarios federales estadounidenses, unos tres millones en todo el país, se sienten en «estado de sitio» tras una catarata de medidas del nuevo mandatario que les afecta.
«La gente llora en las oficinas de sus supervisores, preguntándose qué va a pasar con sus empleos», describe una funcionaria del Departamento de Interior que trabaja a distancia el 100% desde el oeste del país.
«Ya estábamos angustiados y temerosos sobre lo que vendría» pero «cuando los decretos empezaron a salir, nos dijimos: ‘¡Guau! Esto es mucho peor de lo que imaginábamos», resumió.
Como esta mujer, quienes aceptan hablar con la AFP toman precauciones. No dan nombres y apenas hay alguna referencia a su dependencia y región. Hablan siempre y cuando no se les identifique, algunos incluso a través de sistemas encriptados de mensajes. Muchos prefieren no expresarse.
«Es bastante sintomático del ambiente que hay», dijo un funcionario de otro departamento que también está en teletrabajo.
«La gente comenzó a usar sus teléfonos personales porque les preocupa ser vigilados de alguna forma. Es una locura», añade la primera empleada.
Durante la campaña electoral, Trump había prometido confiar al multimillonario Elon Musk, el hombre más rico del mundo convertido en un cercano colaborador, la dirección de un «departamento de eficiencia gubernamental» destinado a reestructurar la administración pública federal y recortar el gasto del Estado.
– «Denunciar colegas» –
Desde su regreso al poder la semana pasada, el mandatario republicano firmó una serie de decretos que tienen a los funcionarios federales como blanco: desmantelamiento de políticas prodiversidad, igualdad e inclusión (DEI por sus siglas en inglés) y vacaciones compulsivas antes del despido en 60 días para quienes se ocupan de esos programas; congelamiento de contrataciones, final del teletrabajo e incluso disposiciones desfavorables para alentar carreras administrativas.
«En general, uno se siente en estado de sitio», señaló el funcionario que teletrabaja a algunas horas de Washington. «Todos están tristes» esperando el «impacto. Hay mucha incertidumbre, y eso está llevando a mucha ansiedad», describió.
«Todos nos agarramos a la más mínima información», explicó una joven empleada de la Agencia de Protección del Medioambiente (EPA). «Muchos rumores circulan en los pasillos, todo el mundo se reúne para hablar de lo que escuchó de su superior, y da informaciones diferentes… Nos preocupan los recortes de presupuesto», indicó.
Todos recibieron un correo oficial que les pide explícitamente denunciar a cualquiera que disimule actividades vinculadas a los programas de diversidad, uno de los blancos prioritarios de Trump.
En un mensaje al que tuvo acceso la AFP, a los empleados de una agencia basada en Washington se les pide «señalar todos los hechos y circunstancias» en este sentido.
«Nos piden denunciar a nuestros colegas», se alarma la mujer que teletrabaja desde el oeste del país.
– Sin contemplaciones –
«He trabajado en el sector público federal desde 2014 y nunca vi un correo tan poco profesional y agresivo», describió el hombre que trabaja cerca de Washington.
«Tenemos la sensación de que ya no toma recaudos: lanza sus peores iniciativas», dijo sobre el millonario republicano y sus publicitadas medidas.
«Todos desconfían y están preocupados sobre cómo manejar las consecuencias en cascada de estas decisiones. Toda esta angustia impide que las personas hagan el trabajo por el cual les pagan», se lamenta un funcionario de años en el Departamento de Comercio.
Todos comparten un sentimiento: que Donald Trump y su entorno quieren «volver el gobierno tan ineficiente como aseguran que es», resume uno de ellos.
«Es, literalmente: ‘Yo, como patrón, voy a incendiar todo'», añade otro.
Pero… ¿esto desalienta a los trabajadores del sector público federal?
«De alguna manera, refuerza mi determinación. No voy a dejarme intimidar», afirma el funcionario que teletrabaja en la costa este.
«La mitad quiere mantener la cabeza en alto. ‘Sé lo que tratan de hacer y no les dejaré ganar’. Y la otra mitad cree que esto es brutal», describe la empleada del Departamento de Interior.
El gobierno federal emplea a unos tres millones de personas según la Oficina estadounidense de Estadísticas Laborales. La cifra se mantiene relativamente estable desde los años 1970.