DHS cerrará centros de detención denunciados por abusos
Dos centros de detención de migrantes en Estados Unidos dejarán de operar como tales después de ser objeto de denuncias de abusos e irregularidades, informaron el jueves las autoridades federales.
Se trata de una instalación en Georgia donde varias mujeres denunciaron haber sido sometidas a procedimientos médicos no solicitados y otra en Massachusetts donde hubo señalamientos de condiciones inhumanas.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) anunció que cancelaría sus contratos con la agencia pública local que administra el centro de detención en North Dartmouth, Massachusetts, y con la empresa privada que maneja la instalación en el condado de Irwin, en Georgia.
El secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas dijo que los individuos que el gobierno considere que deben seguir detenidos serán trasladados a otros centros.
Añadió que la medida es parte de una campaña para impulsar “mejoras duraderas” en un sistema de detención que, según los defensores de los derechos humanos, retiene durante demasiado tiempo y en condiciones inadecuadas a personas por delitos civiles de inmigración.
Aseguró además que se trata de un esfuerzo general por revocar las políticas antiinmigrantes aplicadas por el gobierno anterior de Donald Trump.
“El anuncio de hoy demuestra el empeño del gobierno del presidente Joe Biden de apartarse decisivamente de los abusos contra los derechos de los inmigrantes que caracterizó a la administración anterior”, opinó Naureen Shah, asesora legal de la Unión Americana de Libertades Civiles, que recientemente pidió la clausura de 39 centros de detención de migrantes en todo el país.
La instalación en Massachusetts era administrada bajo un contrato con el departamento de policía del condado de Bristol, mientras que la de Georgia era regida por una compañía privada con base en un contrato con el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).
Tanto congresistas como activistas habían pedido desde el año pasado la clausura del centro en Georgia luego de que varias mujeres denunciaron haber sido sometidas a procedimientos ginecológicos indeseados y con instrumentos sucios que les causaron infecciones graves. Las condiciones eran tan insalubres que algunas mujeres rogaron ser deportadas.