Plantean acabar con bolsones de hambre en VA
Víctor Caycho
Washington Hispanic
Un verdadero drama afrontan más de un millón de pobladores en Virginia, quienes viven en zonas clasificadas por el Departamento de Agricultura como “desiertos de alimentos” (Food Deserts), llamadas así por encontrarse lejos o sin acceso a productos alimenticios saludables y nutritivos.
De acuerdo al censo nacional, en casi todas esas zonas de Virginia residen comunidades hispanas. Tres de ellas están en el condado de Fairfax, diez en Prince William, dos en Manassas City y una en Loudoun. Además, dichos residentes están propensos a tener mayores riesgos de obesidad, diabetes y males cardiacos.
Este hecho saltó a la luz pública esta semana con la presentación de un proyecto de ley bipartidista en el Senado federal, enfocado en crear incentivos para las tiendas, supermercados y organizaciones sin ánimo de lucro que se establezcan y distribuyan comestibles en las comunidades urbanas y rurales del país que lo requieran.
La legislación es patrocinada por los senadores Mark R. Warner (demócrata de Virginia), Jerry Moran (republicano de Kansas), Shelley Moore Capito (republicana por West Virginia) y Bob Casey (demócrata por Pensilvania).
“En Virginia, la falta de acceso a los alimentos nutritivos afecta fuertemente las comunidades hispanas y afroamericanas, lo cual dificulta que las familias salgan adelante”, dijo el senador Warner en declaraciones a Washington Hispanic.
“Todas las personas que residen en nuestro estado, sin importar cuánto ganen ni en dónde vivan, deberían tener acceso a comestibles saludables y asequibles”, sostuvo, y añadió que “por eso presenté esta legislación que puede aumentar la disponibilidad de alimentos saludables en las zonas más vulnerables de Virginia”.
Otros estados del país presentan situaciones similares, como lo señaló el senador republicano Moran, de Kansas y uno de los firmantes de la propuesta de ley. “Viviendo en el granero de nuestra nación, es fácil olvidar que el hambre crónico aún prevalece en muchas de nuestras comunidades”, dijo, y explicó que “las amenazas de inseguridad alimenticia afecta a uno de cada seis residentes en mi estado”.
Señaló que la legislación, denominada Healthy Food Access for All Americans Act (Ley de Acceso a los Alimentos Saludables para Todos los Estadounidenses) crea incentivos a los proveedores de comestibles que establezcan nuevos supermercados, bancos de alimentos (food banks) y mercados de productores (farmers markets), “en comunidades que tradicionalmente carecen de opciones para conseguir alimentos a precios accesibles”.
A escala nacional se estima en 37 millones el número de estadounidenses que viven en áreas clasificadas como “desiertos de alimentos”, donde no hay tiendas de venta de alimentos a una o más millas de distancia de sus hogares en las zonas urbanas; o a diez o más millas en áreas rurales.
La legislación bipartidista ha sido acogida con entusiasmo por altos funcionarios y empresarios de Virginia. Entre ellos se encuentran Eddie Oliver, director ejecutivo de la Federación de Food Banks estatal; Dr. Jewel Bronaugh, comisionada de Agricultura y Servicios al Consumidor; Radha Muthiah, presidente y CEO del Capital Area Food Bank, y Pamela Irvine, presidenta y CEO de Feeding America Southwest Virginia.
LOS INCENTIVOS
El proyecto de ley bipartidista prevé, entre otros, los siguientes incentivos:
• Nuevas tiendas: Las compañías que construyan nuevos supermercados en un “desierto de alimentos” recibirán por una vez el 15% de créditos de impuestos después de recibir su certificación.
• Reacondicionadas: 10 por ciento de crédito de impuestos a las compañías que reacondiciones las secciones de alimentos saludables de la tienda, después que las reparaciones hayan sido certificadas.
• Bancos de Alimentos: Los “food banks” que construyan estructuras nuevas y permanentes en esas áreas recibirán un subsidio del 15% en sus costos de construcción.