Otro menor de edad muere baleado en Washington

Jossmar Castillo
Washington Hispanic

La falta de tolerancia y violencia con armas de fuego sigue acabando con la vida de menores de edad en el Distrito de Columbia. El jueves 18 de julio, antes de las 7:00 de la noche Karon Brown, de apenas 11 años, se sumó a la lista de 93 asesinatos que hasta entonces se habían registrado en la capital de la nación.

Brown se encontraba dentro de un automóvil en una estación de combustible en el sureste de la ciudad, cuando un sospechoso sin camisa se acercó y abrió fuego contra el vehículo. El menor fue trasladado por el conductor hacia una estación de bomberos y luego a un hospital infantil, donde luego falleció.

Las autoridades dieron con la captura del sospechoso, quien fue identificado con la colaboración de un testigo. Según la información que surgió durante una investigación, el tiroteo pudo haber sido el resultado de una disputa que surgió entre al menos cinco personas.

Robert Contee, jefe asistente de la policía, aseguró que la investigación determinó que los disparos indican que se registraron con malicia, y que iban “dirigidos”, contra quien estaba dentro del vehículo.

Dos días después del asesinato, la policía dio con la captura de Tony Antoine McClam, de 29 años de edad y residente en el sureste de Washington. El hombre admitió haber disparado contra el automóvil, pero asegura que nunca vio que el menor estaba en el asiento trasero.

Agregó que los disparos los detonó en defensa propia, pues pensó que el conductor del automóvil estaba en busca de una pistola. Sin embargo, el tiroteo quedó grabado en las cámaras de vigilancia de una estación de combustible, e indican sucesos contrarios al testimonio de McClam.

La disputa inicial, según allegados a la investigación, se registró debido a que estaban peleando qué niños tenían derecho a vender agua, galletas y otras bebidas en la esquina de Naylor Road y Alabama Ave, en el sureste de DC.

«Las armas realmente matan a las personas», dijo la alcaldesa Muriel Bowser en una conferencia de prensa. “Las armas en manos de las personas equivocadas son mortales y hacen que nuestros vecindarios no sean seguros. «No podemos esperar a que otro niño sea víctima de la violencia de las armas sin sentido».