Maestro y una ex fiscal lideran Montgomery y Prince George’s
Víctor Caycho
Washinton Hispanic
Los condados vecinos de Montgomery y Prince George’s, en Maryland, ya tienen a sus nuevos Ejecutivos en acción, quienes prestaron juramento por separado el lunes 3 en dos concurridas ceremonias.
En Montgomery asumió el cargo el demócrata Marc Elrich, de 69 años. El acto de juramentación fue tomado por la jueza Barbara Meiklejohn y se realizó en el gran auditorio del The Music Center at Strathmore, localizado en North Bethesda.
En su discurso, Elrich consideró “una obligación moral crear una sociedad más justa ahora”, haciendo alusión a los sectores más pudientes de su jurisdicción que residen en las inmediaciones de crecientes bolsones de pobreza.
“Haré todo lo posible a través de mi administración para ayudar a los más necesitados”, prometió entre aplausos, luego de agradecer a su antecesor en el cargo, Isiah Leggett.
Ex maestro de escuela, Elrich también asumió el compromiso de expandir la educación infantil temprana, entre otros proyectos de desarrollo.
Sin embargo, dio a conocer que no aumentará los impuestos este año, sin explicar cómo encontrará los fondos necesarios para cumplir sus planes de salud, seguridad y transporte, entre otros.
En Prince George’s
La ex fiscal estatal Angela Alsobrooks, una madre soltera de 47 años, juramentó el mismo día como Ejecutiva del condado de Prince George’s ante una multitud reunida en las instalaciones del Show Place Arena localizado en Upper Marlboro.
Ella se convirtió en la primera mujer que asume ese cargo en la historia del condado.
Alsobrooks fue recibida en medio de una gran ovación cuando llegó hasta el estrado en compañía de su hija Alexandra, de 13 años.
Los aplausos crecieron aún más cuando se dirigió a los asistentes y les preguntó: “¿Trabajarán conmigo los de Prince George’s?, ¿Me ayudarán a cumplir mis promesas?”. La multitud respondió a cada pregunta con un sonoro “¡Sí!”.
La nueva Ejecutiva del condado dijo que sus prioridades inmediatas serán mejorar “el rendimiento y la reputación de nuestro sistema escolar, así como en programas “de desarrollo humano” relacionadas con el tratamiento de enfermedades mentales y la adicción.