Asesina a tiros a ex novia y sus tres hijos menores

La policía reportó el domingo el arresto de Jonah Adams, de 35 años, y lo acusó por homicidio tras el tiroteo fatal que se registró el viernes 18 y en el que perecieron una madre y tres niños en una vivienda localizada en Chesterfield, al sur de Richmond, Virginia. 

Los cuerpos fueron descubiertos la mañana del viernes por agentes de la ley después de que respondieron a una llamada de JoAnna Cottle –la madre- al teléfono de emergencias 911, alrededor de las 4 am del viernes, para informar sobre un «posible intruso» en su casa en la cuadra 4200 de Laurel Oak Road.

Cuando los oficiales respondieron a la dirección, ella y sus hijos ya estaban muertos.

Según los informes, un despachador del 911 escuchó los disparos durante la llamada de la mamá. 

Posteriormente, la policía rastreó a Jonah Adams, el exnovio de Cottle, de 35 años, cerca de su casa en Waldorf, Maryland, y lo arrestó. 

El teniente coronel de la policía del condado de Chesterfield, Chris Hensley, dijo que Adams se convirtió en el principal sospechoso después de enterarse de que la mujer, de 39 años, había solicitado una orden de protección en contra de su exnovio, pero un juez la negó.

La policía del condado de Chesterfield identificó a las víctimas como JoAnna Cottle y sus tres hijos, Kaelyn Parson, de 13; Kinsey Cottle y Jayson Cottle, estos últimos gemelos de cuatro años de edad. 

La policía confirmó en un comunicado que Adams es el padre de Kinsey y Jayson Cottle. 

Adams fue acusado por cuatro cargos de asesinato en primer grado, tras ser detenido por agentes de la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos y estaba bajo custodia en Maryland.

Mientras tanto, la comunidad de Chesterfield quedó conmocionada tras conocer los pormenores del crimen.

Lágrimas de incredulidad y tristeza abrumaron a las familias que vivían a pocas puertas de donde sucedió todo. “Lamento mucho que estos bebés se hayan ido”, dijo a la prensa la vecina Nicole Rogers-Powell, quien dijo que nunca supo de ningún problema relacionado con esa familia, lo que lo hace aún más inquietante. 

Es triste que esto haya tenido que pasar”, dijo por su parte Candy Hirsh, que vive en la calle de al lado. Recordó haber visto a la familia por última vez en la noche de Halloween. “Mi nieta, que tiene 2 años, se acercó a ellos y les dio un abrazo. Era todo tan precioso. La madre estaba sentada en el porche con ellos, abrazándolos”, relató Hirsh.

La policía todavía está trabajando para encontrar los verdaderos móviles relacionados con el tiroteo.