Papa Francisco llama a tener un México sin emigración ni traficantes

Associated Press
México

l papa Francisco convocó el domingo a los mexicanos a forjar un país de oportunidades para evitar la necesidad de emigrar, ser explotados, padecer pobreza o caer en manos del crimen.

Frente a cientos de miles de personas que acudieron a la segunda misa multitudinaria realizada en una localidad afectada por la violencia, el pontífice llamó a que México se convierta en «una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte».

En Ecatepec, donde se celebró la misa, pidió poco antes a la gente «abrir los ojos frente a tantas injusticias» y resistir las tentaciones de la riqueza y corrupción.

«Ayuden a hacer de esta bendita tierra mexicana una tierra de oportunidad», dijo durante la oración del Ángelus.

«Donde no haya necesidad de emigrar para soñar, donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar, donde no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos el oportunismo de unos pocos», añadió.

Ecatepec, en el Estado de México que bordea la capital, ha padecido un recrudecimiento de la inseguridad. Uno de los sectores más vulnerables es el de las mujeres.

El Observatorio Nacional del Feminicidio ha documentado al menos 1.554 mujeres desaparecidas desde 2005.

Durante su homilía, que según autoridades estatales congregó a más de 300.000 personas, el pontífice dijo que sabe que no es fácil evitar la seducción del «dinero, la fama y el poder» que pone frente a ellos el demonio y les advirtió que sólo con la fuerza que da Dios pueden enfrentarlo.

«Metámoslo en la cabeza: con el demonio no se dialoga, no se puede dialogar, porque nos va a ganar siempre», dijo el papa al improvisar en una parte de su homilía. «Solamente la fuerza de la palabra de Dios lo puede derrotar».

Se espera sea la misa más multitudinaria de su visita a México.

Un día después de arremeter contra el narcotráfico y la corrupción, el papa criticó a quienes se adueñan de la riqueza destinada a todos.

«Esa riqueza que es el pan con sabor a dolor, amargura, a sufrimiento. En una familia o en una sociedad corrupta es el pan que se le da de comer a los propios hijos», dijo.

Para la coordinadora del Observatorio Nacional del Feminicidio, María de la Luz Estrada, el mensaje del papa en la homilía no fue tan contundente como esperaba.

«Lamentamos que no hubiera un mensaje fuerte de solidaridad a las familias de víctimas de feminicidios y desapariciones» ni referencias «a la discriminación de las mujeres», dijo. «Se está quedando en lo general ante problemas muy concretos y eso es lo que quieren las autoridades».

En Ecatepec, con más de 1,6 millón de habitantes, varias pantallas gigantes fueron colocadas a lo largo del camino para que los fieles siguieran al papa.

Más tarde, asistió a un hospital pediátrico, donde convivió, escuchó y bendijo a varios niños.

Ahí tuvo un particular día del amor y la amistad, cuando una niña le obsequió una tarjeta con un corazón.

Varias monjas sostienen una pancarta que identifica a su congregación en la base del monumento del Angel de la Independencia mientras aguardan el paso del papa Francisco en su vehículo en la Ciudad de México, el domingo 14 de febrero de 2016. (AP Foto/Tomas Stargardter)

–«¿La hiciste vos?» le preguntó el pontífice.

La pequeña, en silla de ruedas, asintió.

–«Gracias», contestó Francisco.

Otra paciente le dedicó una delicadísima interpretación del Ave Maria, tras la cual el papa, visiblemente conmovido la dio un beso y la bendijo.

En su mensaje a los pequeños subrayó la importancia de la «cariñoterapia» junto con las medicinas para sanar a los niños. Es «tan importante la cariñoterapia, tan importante… A veces una caricia ayuda tanto a recuperarse», dijo.

De vuelta en Ecatepec, algunos consideraron que el mensaje del pontífice dio en el centro de lo que sucede en lugares como ese.

«Tiene razón el papa… somos gente buena, trabajadora y valiente pero los traficantes de muerte se han apoderado de Ecatepec y de México», dijo Lucía Ramírez, una maestra de 47 años que reside ahí.

Alrededor de 100.000 personas han sido asesinadas y unas 27.000 han desaparecido en distintos hechos de violencia desde 2006, cuando el expresidente Felipe Calderón, predecesor del actual mandatario Enrique Peña Nieto, lanzó una ofensiva contra los carteles de las drogas.

Peña Nieto fue gobernador del Estado de México antes de convertirse en presidente.

«El papa no va a cambiar las cosas, pero al menos tocará el corazón de quienes hacen daño e intentan destruir el país», dijo Graciela Elizalde, una indígena mazahua de 35 años, que llegó desde las seis de la tarde del sábado para asistir a la misa.

«Él es mensajero de la paz porque precisamente eso es lo que necesita México, no sólo Ecatepec», dijo.

«Viene a Ecatepec porque aquí lo necesitamos: han aumentado mucho los secuestros, los robos y la droga, y trae su aliento», comentó Ignacia Godínez, un ama de casa de 56 años. «Su mensaje llegará a quien lo necesita, para que sepan que somos más los buenos que los malos».

Junto a ella, su hija Alejandra Gallardo, de 23 años, dijo que le gusta que el papa sea una persona que «no anda con rodeos, sino que enfrenta los asuntos de forma directa y sin palabras bonitas».