Ligan a policías con grupos de extermino salvadoreños

Washington Hispanic

AP

mparándose en la autoridad que representaban, varios policías y militares se unieron para tomar la justicia en sus manos y asesinar a presuntos pandilleros en la zona oriental del país. Sin embargo, también cometieron atracos a sucursales bancarias y empresas.

El fiscal encargado del caso, Walter Ruíz, explicó el miércoles que se trata de dos estructuras que actuaban de manera independiente. “Un grupo sólo se dedicaba a los robos hasta que conocieron a los de la estructura de exterminio y comenzaron a mezclarse”, dijo.

La Fiscalía General salvadoreña giró órdenes de captura contra cuatro miembros de la Policía Nacional Civil, 15 militares y 34 civiles, todos presuntamente involucrados. Los detenidos a los que se les imputan al menos 36 homicidios y por lo menos 13 robos serán procesados por los delitos de homicidio, agrupaciones ilícitas y robo.

De las 36 personas asesinadas entre 2014 y 2016, al menos en nueve casos no encontraron evidencias que tuvieran relación con las pandillas y se confirmó que dos fueron por sicariato.

El director de la Policía Nacional Civil, Howard Cotto, afirmó que estos grupos comenzaron asesinando a pandilleros, pero por razones económicas “terminaron asesinando a personas que ni siquiera tienen vínculos con ninguna estructura criminal”.

De las órdenes de captura la División Elite contra el Crimen Organizado de la Policía, arrestó al subinspector José Omar Sandoval Pleitéz, quien era jefe del puesto policial en el municipio de Gualococti, departamento de Morazán, a 191 kilómetros al nordeste de la capital.

También arrestaron a un motorista de la policía identificado como Arquímedes Martínez y al agente Fidel Ángel Batres, asignados a la subdelegación de San Miguel, a 135 kilómetros al este de San Salvador. Otro policía está prófugo.

El ministerio de la Defensa Nacional informó que de las 15 órdenes de captura, “únicamente ocho se han hecho efectivas debido a que cuatro individuos ya no son miembros activos de la institución castrense por haber finalizado su tiempo de servicio”. Las otras tres capturas no fueron efectivas debido a que “presentaron irregularidades e inconsistencias en la información”.

El fiscal Ruíz dijo que entre los militares involucrados “no hay de rangos altos; si los hubiera también los acompañarían”

Según las investigaciones, los militares y policías eran miembros de una estructura que se inició como grupo de exterminio que recibía el pago por sus servicios en forma de remesas provenientes del exterior.

“Los soldados eran los que cometían los robos a bancos y actuaban independientemente, pero los policías dejaban de hacer patrullajes”, dijo el fiscal que también aseguró que las investigaciones han confirmado que había un tipo de coordinación con otros puestos policiales para que no intervinieran o llegaran tarde al lugar donde estaban actuando.