FARC piden perdón por asesinar a 11 diputados
Bogotá, Colombia / AP
omo parte de la pacificación de la guerrilla de las FARC, los rebeldes reconocieron su responsabilidad y pidieron perdón el sábado 3 de diciembre a las familias de doce diputados colombianos por haberlos secuestrado en 2002, y por asesinar en cautiverio a once de ellos años después.
En un evento sobrio y lejos de los medios de comunicación, los parientes de los exasambleístas del departamento Valle del Cauca se vieron cara a cara en la ciudad de Cali con los jefes guerrilleros Pastor Alape, Pablo Catatumbo y Edgar López, alias «Pacho Chino». A este último se le atribuye el plagio de los funcionarios.
Este evento de contrición por parte de la guerrilla forma parte de los compromisos que integran el acuerdo de paz alcanzado con el gobierno colombiano y que el Congreso refrendó la semana pasada.
«Pedimos perdón a las familias, víctimas y a la sociedad vallecaucana por un hecho que no nos enorgullece», afirmó Catatumbo al cierre del acto desarrollado en la iglesia de San Francisco, al reconocer la responsabilidad de las FARC en el asesinato en junio de 2007 de los entonces diputados.
«No está en nuestro horizonte moral eludir nuestra responsabilidad frente a lo acontecido.
Independientemente de cualquier circunstancia, ellos se encontraban en nuestro poder y era nuestro deber preservar su vida e integridad física», subrayó el jefe guerrillero.
Haciéndose pasar por miembros del ejército colombiano, los rebeldes ingresaron el 11 de abril de 2002 a las instalaciones de la Asamblea y capturaron a los 12 diputados, a los que luego subieron en un autobús para internarlos en la selva. Tras años de cautiverio, las FARC asesinaron a tiros a 11 de los funcionarios en medio de una extraña confrontación.
El único diputado que sobrevivió fue Sigifredo López por encontrarse, por esos días, apartado de sus compañeros y en custodia de otro comando de la guerrilla.
López fue liberado en febrero de 2009, pero las autoridades lo detuvieron en mayo de 2012, señalado injustamente de haber participado en el plagio de sus colegas. Tras encontrársele libre de cualquier sospecha quedó en libertad meses después.
A propósito de esto, Catatumbo pidió perdón en la jornada a López por no haber desmentido a tiempo cualquier relación de él con la guerrilla y el secuestro.
«La cantidad de injurias y calumnias que intentaron dañar su buen nombre y el de su familia seguramente tuvieron origen en nuestra falta de claridad y oportunidad al momento de ocurrir y comunicar los hechos», indicó Catatumbo.