Pearl Harbor y la reconciliación

Editorial

an pasado 75 años desde que un 7 de diciembre de 1941 se produjera el repentino ataque aéreo del Japón contra Pearl Harbor, un tranquilo puerto de Hawai, y que dejó un saldo de 2,400 militares y civiles estadounidenses muertos. El terrible episodio estremeció al mundo y fue el detonante que desencadenó el ingreso de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

El sacrificio –como señaló el miércoles 7 el presidente Barack Obama en una proclama-, galvanizó a toda la nación y millones de hombres y mujeres respondieron al llamado del presidente Theodore Roosevelt para defender la libertad en ese momento de máximo riesgo. En aquella oportunidad, Roosevelt prometió que el pueblo estadounidense alcanzaría la justicia “a través de una absoluta victoria”.

“Gracias al heroísmo de toda una generación lo conseguimos”, destacó Obama. Asimismo, dijo que “desafiando los horrores de la guerra, esta gran generación forjó un orden internacional duradero, dio forma a la columna vertebral de la clase media e impulsó la prosperidad de Estados Unidos”.

“Su coraje y determinación nos recuerda esa verdad fundamental estadounidense, que por encima de todo somos uno; y que cuando estamos juntos ningún desafío es demasiado grande”, sentenció.

Han pasado 75 años y este Día de Remembranza también es un ejemplo claro de cómo los más encarnizados adversarios pueden convertirse en aliados muy cercanos. A fines de este mes, el Primer Ministro del Japón, Shinzo Abe, hará una histórica visita –por primera vez desde esa guerra- al memorial que recuerda el infausto ataque a Pearl Harbor.

La misma proclama destaca que la visita es “como un tributo al poder de la reconciliación, gracias al cual Estados Unidos y Japón construyen una alianza inimaginable hace 75 años, y continuarán trabajando mano a mano por un mundo más pacífico y seguro”.