Europa prende motores mirando a Qatar con irritación

Desde que Inglaterra concibió la primera liga de fútbol hace 134 años, el fútbol europeo nunca había tenido una temporada tan irregular como la que se avecina.

La decisión de la FIFA de modificar las fechas de la Copa Mundial de Qatar, de los habituales meses de junio y julio a noviembre y diciembre, para evitar el calor del desierto, interrumpirá las ligas domésticas europeas de una forma que no se había visto salvo momentos traumáticos internacionales como guerras o la pandemia.

Es por esto que la inusual temporada europea 2022-23 iniciará más temprano, con más partidos a mitad de semana. Concluirá con una final de la Liga de Campeones el 10 de junio — la fecha más tardía del duelo por la Copa Europea desde el 13 de junio de 1956.

También obligará a las ligas domésticas a programar largas pausas a mitad de campaña — de seis semanas en la Liga Premier inglesa, de 10 semanas en la Bundesliga de Alemania y de tres meses en Austria — debido a que la Copa Mundial extenderá el inusual parón de invierno.

Un vistazo a una temporada 2022-23 sin precedentes:

UNA COPA MUNDIAL ÚNICA

La temperatura máxima diaria en Doha en junio alcanza los 41 grados centígrados y pocas veces baja de los 30 grados en la noche.

Hubiera sido un Mundial de insoportable calor para las 32 selecciones, los cerca de tres millones de espectadores en los estadios y decenas de miles de personal, voluntarios y periodistas involucrados en el torneo.

Era obvia la necesidad de cambiar la fecha, incluso en 2010 cuando el comité ejecutivo de la FIFA — que posteriormente quedó desacreditado por escándalos de corrupción — votó para que Qatar fuera la primera nación de Medio Oriente anfitriona de un Mundial.

Durante el torneo, las temperaturas oscilarán entre los 26 y 32 grados centígrados durante los partidos. Ningún encuentro se realizará antes de las 6 de la tarde a partir de la tercera fecha de la fase de grupos el 29 de noviembre.

Aún así, será un Mundial más corto. Los 64 partidos quedaron apretados en 28 días, cuatro días menos que en Rusia 2018.

Esto se debió a que las ligas europeas se rehusaron a renunciar a un valioso fin de semana extra en noviembre.

La mayoría de los clubes europeos jugarán el fin de semana del 12 y 13 de noviembre, ocho días antes de que inicie la Copa Mundial.

Así las cosas, los organizadores del Mundial tuvieron que programar cuatro partidos por día en lugar de tres para las dos primeras fechas en la fase de grupos.

Los espectadores tendrán sesiones maratónicas de partidos, mientras que los jugadores apenas podrán disfrutar de tres días de descanso entre los cotejos.

CARGA DE TRABAJO

Los equipos de los Grupos G o H en la Copa Mundial — como Brasil y Portugal — tendrían que disputar siete partidos en apenas 25 días en caso de consagrarse campeones. Pero tendrán días extra para prepararse.

Holanda abrirá el torneo, midiéndose contra Senegal el 21 de noviembre, por lo que sus figuras que militan en clubes de Inglaterra, como el defensa Virgil Van Dijk (Liverpool) tendrán una agenda apretada.

Esto aunado al compacto calendario de la Liga de Campeones. Las seis fechas de la fase de grupos se disputarán entre el 6 de septiembre y 2 de noviembre, con el fin de completarla cinco semanas antes de lo usual.

El sindicato internacional de futbolistas FIFPRO advierte del riesgo por esta carga extra.

“Una mayor saturación de partidos debido a la incapacidad de los organizadores de los torneos de colaborar adecuadamente no ayudará a salvaguardar la salud y rendimiento de los jugadores”, dijo FIFPRO en una declaración enviada a The Associated Press.

Esta congestionada temporada ocurre después de que la pandemia de COVID-19 estuvo a punto de dar al traste con la campaña de 2019-20. Las ligas se recuperaron programando dos juegos por semana, algo que se volvió rutinario.

“La larga secuencia de partidos consecutivos que es común entre los jugadores al más alto nivel debe minimizarse y al final prevenirse”, agregó FIFPRO.

GOLPE A LOS INGRESOS

El fútbol europeo, que sigue recuperándose de la pandemia, perderá unas semanas valiosas en el apartado comercial entre noviembre y diciembre como resultado del nuevo calendario, además de que se disputarán más partidos en los menos lucrativos meses de verano.

“Las ventas para suscripciones de televisión de paga son más bajas en el verano”, dijo a AP Jacco Swart, director general de la organización de las Ligas Europeas. También indicó que agosto es tiempo de vacaciones en casi todo el sur de Europa y esto podría afectar la asistencia a los estadios.

El presidente de la Serie A Lorenzo Casini advirtió el mes pasado que iniciar la temporada el 13 de agosto será difícil por las altas temperaturas.

En Italia y España, los encuentros más importantes iniciarán después de las 5 de la tarde hasta septiembre. Han tenido que sacrificar pautar partidos a la hora del almuerzo, los cuales se programaban en beneficio de los derechos de televisión en Asia.

Italia tiene otro problema, al igual que Austria y Turquía. Sus torneos de primera división también tendrán que parar pese a que sus selecciones no se clasificaron al Mundial.

Entre todos estos retos, hay oportunidades para ligas como la segunda división inglesa. Reiniciará el 10 de diciembre, con fines de semana consecutivos en los que no tendrán competencia de la Liga Premier.