El escándalo de las apuestas ilegales muestra el peligro al que se enfrenta la NBA

Las ligas deportivas estadounidenses se apresuraron a sumarse al auge multimillonario de las apuestas legalizadas, pero las detenciones de un entrenador y de un jugador de la NBA en dos extensas investigaciones federales muestran el costo potencial de asociarse con la industria del juego.

 

El entrenador jefe de los Portland Trail Blazers, Chauncey Billups, exestrella de los Detroit Pistons y miembro del Salón de la Fama de la NBA, fue arrestado por su presunta participación en partidas de póker ilegales amañadas que, según la Fiscalía, estaban vinculadas a familias mafiosas.

 

La escolta Terry Rozier, de Miami Heat, fue acusada de manipular su juego para beneficio de los apostadores y el exjugador y entrenador asistente Damon Jones, fue acusado en ambos casos.

 

El director del FBI, Kash Patel, describió «una organización criminal que envuelve tanto a la NBA como a La Cosa Nostra (mafia)» y calificó la magnitud del fraude de «alucinante».

 

Pero para quienes han visto cómo las ligas estadounidenses se entrelazan cada vez más con la creciente industria de las apuestas deportivas, lo sucedido no resulta necesariamente sorprendente.

 

«Las apuestas en móviles y smartphones crean una enorme accesibilidad, ya que cualquiera puede acceder a una aplicación de apuestas dondequiera que esté en cuestión de segundos», afirmó Luke Clark, profesor de psicología y director del Centro de Investigación del Juego de la Universidad de Columbia Británica, en Vancouver (Canadá).

 

«Estudio la psicología de los juegos de azar y sus efectos nocivos, y reflexiono mucho sobre la normalización de las apuestas en el deporte, sobre cómo apostar en un partido puede aumentar la emoción o la afición por los deportes», explicó.

 

«Pensamos principalmente en ello desde la perspectiva del aficionado… Pero esta última noticia sobre los arrestos en la NBA, de alguna manera pone el foco en los deportistas». Ellos, prosiguió Clark, «hacen su trabajo en un ecosistema que se ha saturado de oportunidades de apuestas y juegos de azar en muy poco tiempo».

 

«Los equipos están asociados con empresas de apuestas, las grandes ligas también lo están, los jugadores pueden ser patrocinados».

 

«Y la forma en que la información sobre apuestas se integra en las transmisiones deportivas, en términos de comentarios y actualizaciones de posibilidades… los jugadores y entrenadores se encuentran en una posición bastante vulnerable», aseguró Clark.

 

– Legalidad reciente –

 

Las apuestas deportivas en la mayoría de los estados de este país fueron ilegales hasta 2018, y las ligas profesionales se aseguraron de distanciarse de las prósperas operaciones de casas de apuestas ilegales y entidades de apuestas offshore.

 

Pero hace siete años, la Corte Suprema de Estados Unidos anuló una ley federal de 1992 que prohibía las apuestas deportivas comerciales en la mayoría de los estados.

 

El comisionado de la NBA, Adam Silver, fue uno de los que abogó por el cambio, escribiendo en un artículo de opinión en el New York Times en 2014 que creía que las apuestas deportivas «deberían salir de la clandestinidad y llevarlas a la luz, donde puedan ser monitoreadas y reguladas adecuadamente».

 

No es de extrañar que Silver, junto con directivos de otras ligas, haya tomado medidas para reclamar su parte del pastel.

 

La Asociación Americana del Juego (AGA), que defiende la industria y monitorea el impacto económico del juego comercial, calcula que los ingresos por apuestas deportivas comerciales anuales hasta agosto de 2025 ascienden a 10.000 millones de dólares, un 18,9 por ciento más que en el mismo período del año anterior.

 

Pero para la NBA, las acusaciones presentadas el jueves empañan lo que debería haber sido una semana de apertura de temporada regular 2025-2026 festiva bajo un nuevo acuerdo de derechos de transmisión de 11 años y 77.000 millones de dólares.

 

Diversos jugadores de la liga expresaron su conmoción por los arrestos de Billups y Rozier, pero también abordaron rápidamente el problema de las apuestas en línea impulsadas por apostadores decepcionados.

 

La prevalencia de las apuestas «prop», en las que los clientes apuestan sobre distintas estadísticas de un partido, como cuántos puntos o asistencias obtendrá un jugador, o incluso detalles tan pequeños como si anotará un triple en su primer intento, ha cambiado la forma en que los aficionados interactúan, a la vez que ofrece la oportunidad de manipular el sistema.

 

– «Una falta de respeto al juego» –

 

«Como jugadores, lo sentimos mucho al entrar en la cancha», dijo el pívot de los Chicago Bulls, Nikola Vucevic.

 

«Antes se oía ‘Vucevic, gana’. Ahora es como ‘Oye, mi apuesta son 10 rebotes’, añadió el montenegrino. «Sinceramente, me indigna, porque es una falta de respeto al juego».

 

La estrella de los Boston Celtics, Jaylen Brown, instó a la NBA con un mayor esfuerzo para ayudar a los jugadores a adaptarse a este nuevo panorama.

 

«Se crea un discurso negativo sobre el partido y los jugadores cuando hay dinero de por medio», dijo.

 

El astro Stephen Curry, de Golden State Warriors, dijo por su parte el jueves que seguía confiando en que «la integridad del juego está bien».

 

Pero su compañero Al Horford afirmó que la NBA debe hacer más «para proteger a los jugadores y ser mejores».