Teherán expone arte occidental escondido durante décadas
Algunas de las obras del arte contemporáneo occidental más preciadas se muestran en público por primera vez en décadas… en Teherán.
El presidente del país, Ebrahim Raisi, un clérigo conservador, arremete contra la influencia de Occidente. Las autoridades han criticado a los artistas “desviados” por “atacar la cultura revolucionaria de Irán”. Y la República Islámica se ha sumido más aún en su confrontación con Estados Unidos y Europa mientras acelera rápidamente su programa nuclear ante el estancamiento de los esfuerzos diplomáticos.
Pero las contradicciones abundan en la capital iraní, donde miles de hombres y mujeres acomodados – ellas cubiertas con hiyab – se maravillaron ante las obras maestras del arte minimalista y conceptual estadounidense y europeo de los siglos XIX y XX, que se exhiben por primera vez este verano en el Museo de Arte Contemporáneo de Teherán.
En una tarde reciente de agosto, críticos y estudiantes de arte se deleitaban con el mural transparente creado por Marcel Duchamp en 1915, “The Large Glass”, interpretado durante mucho tiempo como una exploración de la frustración erótica.
Contemplaron una rara escultura de 4 metros (13 pies) sin título del pionero del minimalismo estadounidense, Donald Judd y una de las piezas en serie más conocidas de Sol Lewitt, “Open Cube”, entre otros importantes trabajos. La escultura de Judd, formada por un conjunto horizontal de paneles de latón y aluminio lacado, podría estar valorada en millones de dólares.
“Montar una exposición con un tema y unas obras así es un movimiento valiente que requiere de mucho coraje», dijo Babak Bahari, de 62 años, quien visitaba la muestra de 130 obras por cuarta vez desde su inauguración a finales de junio. “Incluso en Occidente, estas obras están en el centro de las discusiones y el diálogo”.
El gobierno del sha Mohammad Reza Pahlavi, que contaba con el respaldo de Occidente, y su esposa, la exemperadora Farah Pahlavi, construyeron el museo y adquirieron la multimillonaria colección a finales de la década de 1970, cuando el petróleo estaba en auge y las economías occidentales se estancaron. Tras su inauguración, en sus paredes se expusieron obras sensacionales de Pablo Picasso, Mark Rothko, Claude Monet, Jackson Pollock y otros grandes nombres, lo que reforzó la posición cultural de Irán en el escenario mundial.
Pero apenas dos años después, en 1979, los clérigos chiíes derrocaron al sha y guardaron las obras en la cámara acorazada del museo. Algunas — cubistas, surrealistas, impresionistas e incluso de pop art — permanecieron intactas durante décadas para evitar ofender los valores islamistas y complacer las sensibilidades occidentales.
Pero durante un deshielo en la política conservadora iraní, el arte empezó a reaparecer. Aunque las obras que Andy Warhol hizo a partir de la imagen de los Pahlavi y algunos desnudos siguen escondidos en el sótano, gran parte de la colección del museo se ha expuesto con gran fanfarria a medida que se levantaban las restricciones culturales.
La muestra actual sobre minimalismo, que incluye a 34 artistas occidentales, ha despertado un interés especial. Más de 17.000 personas la han visitado desde su inauguración, indicó el museo. Esto es casi el doble de la asistencia a exhibiciones anteriores.
El comisario Behrang Samadzadegan lo atribuye a un renovado interés sobre el arte conceptual, que en la década de 1960 ya sorprendió a la población al abordar cuestiones políticas y al sacar el arte de los museos tradicionales para llevarlo a todo el mundo.
Hasan Noferesti, vocero del museo, indicó que la afluencia a la exposición, que se retirará a mediados de septiembre, muestra la emoción por poder ver obras maestras modernas escondidas durante mucho tiempo.
Además, es un ejemplo del interés artístico de la generación más joven de iraníes. Más del 50% de los casi 85 millones de habitantes del país tienen menos de 30 años.
Pese al creciente aislamiento global de la nación y del temor a que sus ya limitadas libertades sociales y culturales se vean aún más restringidas con el gobierno conservador elegido hace un año, los jóvenes iraníes exploran cada vez más el mundo artístico internacional en las redes sociales. Las galerías están en pleno apogeo. Las escuelas de arte y arquitectura rebosan actividad.
“Estas son buenas obras de arte, no quieres imitarlas», dijo Mohammad Shahsavari, un estudiante de arquitectura de 20 años que estaba frente a la pieza de Lewitt. “Más bien, te inspiras en ellas».