La ciudadanía cumplió su derecho

El pueblo dijo su palabra en las concurridas elecciones intermedias del martes 8 de noviembre, donde la ciudadanía no solo depositó sus votos sino dieron otra ejemplar demostración de civismo, en una época en la que se viven tantas dificultades económicas y de otro tipo.

En todos los 50 estados de la nación y en el Distrito de Columbia, demócratas, republicanos e independientes acudieron en masa para elegir a sus líderes en el Congreso, en sus gobernaciones y en puestos locales.

Fue un verdadero plebiscito, una verdadera radiografía de lo que piensa y siente la nación.

Con sabiduría y contra todos los pronósticos no hubo una avalancha de votos favorable a los republicanos o una “gran oleada roja”. Los electores optaron por el equilibrio, y si bien al cierre de esta edición se desconoce con exactitud si los republicanos tomaron también el Senado federal –como ocurre con la Cámara de Representantes en Washington-, los votantes dejaron de lado sus inquietudes sobre el presidente Joe Biden para negarles a los republicanos la amplia victoria que esperaban.

Fue una notable demostración de fortaleza frente a la historia y las encuestas pesimistas según las cuales los votantes, hartos de la inflación y del aumento en la delincuencia, querrían castigar al partido en el poder.

A medida que continuaban los recuentos, era evidente que los demócratas habían limitado los avances republicanos en la cámara baja y todavía mantenían esperanzas de conservar el control del Senado.

“Aunque la prensa y los expertos predecían una gigantesca ola roja, eso no ocurrió”, dijo muy calmado el presidente Joe Biden el miércoles en la Casa Blanca en sus primeras declaraciones públicas desde que terminó la votación. Señaló que los demócratas tuvieron una “sólida noche”.

Eso se vio en el área metropolitana, donde los demócratas tuvieron una apabullante demostración de poder electoral en Maryland, donde recuperaron al puesto de gobernador que habían tomado años atrás los republicanos, y también en DC, donde la alcaldesa Muriel Bowser alcanzó un altísimo 73 por ciento de los votos para ser reelegida nuevamente en el cargo, que ocupará por tercera vez.

En Virginia el recuento de la votación seguía muy apretado para dar una tabla definitiva de lo que ocurrirá en la Asamblea Legislativa estatal.

La ciudadanía cumplió su deber cívico. Ahora toca cumplir su trabajo a los nuevos líderes recién elegidos.