La musica Latina como terapia da resultado
La música les permite a los profesionales de la salud aliviar y atender condiciones en pacientes con padecimientos agudos de salud, afirmó a Efe el terapeuta y músico Julián Silva, quien utiliza la música latina para tratar a sus pacientes.
La ranchera, la salsa, la cumbia y el uso de la percusión son ritmos que podrían ser sinónimo de fiesta y diversión.
Sin embargo, hoy en día también se han convertido en una herramienta clave para tratamientos terapéuticos.
“Los que nos dedicamos a este tipo de terapia trabajamos con pacientes que padecen traumas, dolores crónicos y diagnósticos terminales.
Los encontramos en los momentos más difíciles de sus vidas y con la música tratamos algunas de sus condiciones”, explicó el músico y líder de la orquesta La Excelencia.
El uso de la música como herramienta terapéutica no es algo nuevo.
De hecho, la técnica fue mencionada en teorías publicadas en los años 1800 y la profesión de terapeuta musical nació hace 80 años y, desde entonces, es un programa académico que se imparte en universidades de los Estados Unidos.
Silva es uno de los pocos especialistas latinos en tratar a pacientes con ritmos intrínsecos de la cultura hispana.
“En nuestra comunidad hay una gran necesidad de responder a las necesidades emocionales, sociales y culturales. Por esa razón, trato de adaptarme y utilizar el tipo de música con la que tienen una conexión especial”, manifestó el percusionista.
Nacido en Colombia y criado en los Estados Unidos, Silva actualmente trabaja en la ciudad de Oakland, en California. Desde ahí, ayuda a los pacientes que disfrutan los ritmos latinos y, aunque muchos de los residentes de ese estado suelen inclinarse más por la música regional mexicana, el corrido, la ranchera o la cumbia, Julián aprovecha los distintos ritmos hispanos para aliviar padecimientos como la ansiedad y agitación.
Añadió que, según su experiencia, es difícil que “un latino no se emocione y no encuentre alivio con la música con la que se siente identificado y que forma parte de sus raíces latinas”.
Según la doctora Amy Clements-Cortes, de la Facultad de Música de la Universidad de Toronto, la música puede catalogarse como una “necesidad cognitiva, una necesidad física, una necesidad espiritual y una necesidad emocional”.
Para Silva, esto no es ajeno. Su deseo de dedicarse a la música nació cuando se dio cuenta que a través de melodías y canciones podía expresarse y comunicarse sin tener que preocuparse por tener un acento diferente.
La música le ayudó a integrarse y a conectarse con la gente. Su pasión lo llevó a convertirse en un profesional de esta disciplina y a integrarla con sus estudios.