La influencia de Cuba en los diseños de Nissan
Washington Hispanic
AP
lfonso Albaisa, el nuevo jefe del departamento de diseñadores de la firma japonesa, se inspira en las culturas de Estados Unidos, Japón y Cuba para hacer diseños de una elegancia desconocida hasta ahora en Nissan, pero que empieza a ser reconocida en todo el mundo a medida que la casa automotriz se expande, según los entendidos.
Estadounidense, hijo de cubanos, que ha trabajado en los diseños de los modelos Q30 y Q60 de Infiniti, la marca de lujo de Nissan, Albaisa fue promovido esta semana a vicepresidente y director de diseño de Nissan Motor Co.
Las obras de arte japonesas y sus raíces cubanas son algunas de las influencias que inspiran el trabajo de Albaisa, al que algunos le ven una cierta poesía juguetona.
«Para mí un auto es como un sueño, algo más que tuercas y tornillos», declaró Albaisa en una reciente entrevista con la Associated Press en el Centro Técnico de Nissan en Atsugi, en las afueras de Tokio. «Es un reflejo de nuestro sueño de volar, de movernos».
Las casas automotrices prestan cada vez más atención al diseño para atraer clientes en una industria en la que el rendimiento, la seguridad y el kilometraje tienden a ser buenos en la mayoría de las marcas.
Antes de su última promoción, Albaisa fue vicepresidente corporativo y director de diseños de Infiniti.
El Infiniti Q50, presentado este mes en el Feria Internacional de Automóviles de Ginebra, tiene un delicado interior, con terminados a mano, como los bordes de un tablero en un material que parece madera.
Albaisa transmite su pasión por ese tipo de trabajo artesanal, que los japoneses llaman «monozukuri».
Este hijo de cubanos de 52 años, que estudió en el Pratt Institute, empezó a trabajar para Nissan en Estados Unidos en 1988, una década antes de que la casa japonesa se fusionase con la francesa Renault.
Esa asociación entre Nissan y Renault –cuyo presidente es Carlos Ghosn, un francés nacido en Brasil y con ascendencia libanesa– contribuye a darle a Nissan un toque más internacional que el de otras empresas japonesas: la mitad de sus diez ejecutivos más altos no son japoneses, comparado con una quinta parte en Toyota.
La conexión de Albaisa con Japón empezó mucho antes: de niño se familiarizó con artistas y arquitectos japoneses como Isamu Noguchi y Kenzo Tange por influencia de su padre, un arquitecto que se radicó en Miami tras el triunfo de la revolución de Fidel Castro en los años 50.
Albaisa se siente orgulloso de su herencia. El año pasado viajó a Cuba con un Infiniti Q60S rojo para que fuese fotografiado en las pintorescas calles de la isla por la revista Fortune.
La elegancia latina del diseñador encaja perfectamente en el enfoque innovador de Nissan en comparación con otras marcas japonesas.
«Las casas automotrices japonesas tienen fama de ser medio insípidas, aburridas, por así decirlo», expresó Hans Greimel, editor de Asia de Automotive News.
«Eso está cambiando gradualmente. Y a la vanguardia de ese cambio siempre ha estado Nissan. Siempre ofrecen algo extra en sus diseños. Son un poco más osados, más anticonvencionales», indicó.
El propio Albiasa admite que los autos japoneses eran vistos como algo seco, pero dice que eso ya no es así. El nombre en código que se empleó con el QX70 durante la etapa de diseño fue «el chita biónico», para que transmitir a los diseñadores una imagen de agilidad, masculinidad y avanzada tecnología.
«La cultura japonesa no es aburrida. Es hermosa. Innovadora. Reflexiva, introvertida, pero receptiva del mundo exterior al mismo tiempo. Y nosotros tenemos que hacer autos con esas características», comentó. «Si eso es considerado aburrido, entonces no estamos haciendo las cosas bien. Mi trabajo es hacer que los autos japoneses reflejen la belleza y la innovación de Japón».
Albaisa cree que los autos autónomos y la inteligencia artificial pueden ofrecer más oportunidades creativas. Señaló que los espejos a ambos lados pueden quedar obsoletos pronto, lo mismo que las ideas acerca de cuánto vidrio se puede usar también.
Mientras tanto, a pesar de las demandas de su papel como vicepresidente, sigue trabajando en modelos de arcilla, usándolos para entender mejor a sus colegas japoneses, comunicándose en forma intuitiva y superando las barreras del lenguaje.
Se turnan colocándose a un lado y otro del modelo, dando forma a la arcilla, transformándola de a poco con el aporte de cada uno, que incorpora su toque personal y sus interpretaciones de los futuros productos.