NTSB cuestiona procedimientos de entrenamiento aéreo durante audiencias en el Congreso tras accidente de enero
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) continuó este jueves interrogando a representantes del Ejército, controladores aéreos y funcionarios de la Administración Federal de Aviación (FAA) sobre los protocolos seguidos tras la colisión fatal ocurrida en enero entre un helicóptero Black Hawk y un avión de pasajeros que se aproximaba al Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington (DCA).
La audiencia, que es la segunda de tres sesiones programadas, se centró en los procedimientos de formación de las partes implicadas en el incidente del 29 de enero, que dejó un saldo de 67 personas fallecidas. La jornada comenzó con un análisis sobre las responsabilidades y preparación de los controladores aéreos que trabajan en la torre de control del DCA.
Clark Allen, exgerente de operaciones de dicha torre, fue interrogado sobre la capacitación que reciben los controladores. Allen explicó que están instruidos para alertar a un supervisor y pedir apoyo adicional si se sienten abrumados, pero admitió que los supervisores no reciben formación específica para identificar de manera proactiva cuando un controlador está sobrecargado de tareas.
Las autoridades también reconocieron el miércoles que la alta rotación de personal entre los controladores aéreos representa un desafío considerable.
Ese mismo día, la NTSB reveló que los pilotos del helicóptero Black Hawk probablemente no sabían con precisión a qué altitud volaban ni cuán cerca estaban de la aeronave comercial antes del impacto mortal. Esto, posiblemente, debido a fallas en los altímetros del modelo de helicóptero en cuestión.
Nick Fuller, actual subdirector de operaciones de la FAA, declaró el jueves que es responsabilidad del piloto mantener la separación visual durante el vuelo.
“Es una responsabilidad directa del piloto, pero los controladores aéreos hacen esfuerzos adicionales para proporcionar la información necesaria cuando lo consideran prudente”, afirmó.
Cuando se le preguntó más adelante si considera seguro el espacio aéreo del DCA, Fuller respondió afirmativamente.
“Los controladores del aeropuerto DCA son profesionales bien capacitados, y no tendría ningún inconveniente en abordar un vuelo desde o hacia ese aeropuerto”, aseguró.
Por su parte, la presidenta de la NTSB, Jennifer Homendy, declaró el miércoles que algunos empleados de la torre de control de la FAA sabían que había un “problema” con los vuelos de helicópteros del Ejército estadounidense en zonas cercanas al tráfico comercial del aeropuerto.
La agencia también informó que las advertencias enviadas al helicóptero por parte del control de tráfico aéreo se vieron interrumpidas, ya que se activó otro micrófono al mismo tiempo que hablaba el controlador, lo cual impidió que el mensaje se transmitiera correctamente.
No obstante, Homendy señaló que el accidente en el aire no necesariamente se debió a un error humano por parte de los pilotos.
“Es fácil concluir que se trató de un error del piloto, pero aún no lo sabemos. Vamos a investigarlo a fondo. Es posible que no haya habido ningún error por parte de los pilotos”, dijo a los periodistas el miércoles.
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La NTSB reveló que los pilotos de un helicóptero Black Hawk probablemente no sabían a qué altitud volaban ni cuán cerca estaban de un avión comercial antes del trágico accidente.