Inmigrante venezolano esta agradecido a la vida y a MOLA

La historia del inmigrante Florentino Duarte podría ser una más de tantas de las que se escucha a diario.

Pero no es así, ya que Duarte llegó a Estados Unidos con su familia el 5 de Marzo del 2021.

Fue a finales de marzo que le diagnosticaron un cáncer llamado el Linfoma de Hopkins.

Con esa mala noticia, sus sueños, su esperanza y todo lo planeado tomó un giro inesperado e incierto. 

Sin embargo, él y su familia no perdieron la fe y decidieron tocar puertas en busca de ayuda. 

Fue así como llegaron a la Oficina de Asuntos Latinos de la alcaldesa Muriel Bowser (MOLA), que dirige Eduardo Perdomo.

“Para mí fue algo tan especial que no podré olvidar ni dejar de agradecer, ¿sabe usted?, me prestaron una total atención y de inmediato me asistieron con la aplicación a un seguro llamado Alianza, en español.

Así fue como desde ese momento recibe un tratamiento que terminó en cirugía y se inició con el tratamiento y la quimioterapia. 

¿Cómo no voy a estar agradecido con la Oficina de MOLA, su personal y sus directivos? A través de ellos encontré las puertas que necesitaba para mi salud y además, déjeme decirle que me ayudaron con la renta y los alimentos que necesitaba.

W.H.: ¿Dónde está localizado el cáncer? 

F.D.: En el cuello. Un sitio muy difícil, pero también debo decirle que me pusieron en contacto con La Clínica del Pueblo, donde además estoy colaborando como parte del Directorio. 

Ellos me están ayudando para que pueda conseguir un buen trabajo y estoy armando mi currículum ya que en Venezuela soy abogado y también tengo una maestría en pedagogía.

Me están guiando para lograr la equivalencia de mis títulos e ir a la universidad y de esa manera pueda desempeñarme como profesional. 

W.H.: Dígame, ¿qué edad tienen sus hijos y con quien vive?

F.D.: Vivo con mi esposa y mis cuatro hijos, el mayor tiene 15 años, el segundo 14, mi niña 12 y el más pequeño 8. Mi hijo de 14 años tiene autismo tipo 2, pero yo y mi esposa tenemos fe y estamos agradecidos a todos los que nos están apoyando. Especialmente queremos agradecer al director de MOLA, Eduardo Perdomo, quien me sigue dando la mano.