Muerte de 19 niños y sus dos maestras evoca la nación
Lo primero que Verónica Mata ve cada día al despertarse es a Tess, su hija de 10 años, que le sonríe desde una foto colocada en su mesita de noche.
Frente a la imagen silenciosa de la niña que perdió en uno de los tiroteos a mansalva más tristemente célebres en el país, Mata pide fortaleza para seguir adelante y ser una buena maestra de primaria en Uvalde, Texas. “Sólo la miro y le digo: ‘Tess, dame la fuerza, bebé. Ayúdame a levantarme’”, dice.
A lo largo del día, cada día, Mata lleva virtualmente a su hija con ella: la matrícula de su automóvil es “Tess 10”. De la pulsera de plata que usa en su muñeca izquierda cuelga un dije en el que se lee: “Uvalde Strong” (Uvalde Fuerte). El eslogan, adoptado por otras ciudades del país tras asesinatos a mansalva, se convirtió en el mantra de su ciudad después de que Tess, otros 18 estudiantes de cuarto grado -la mayoría de ellos de origen hispano- y sus dos maestras fueran asesinados a tiros en la escuela primaria Robb el 24 de mayo de 2022.
En una década repleta de masacres, muchas de ellos que involucraron tiroteos, la matanza de Uvalde resalta, tanto por la corta edad de la mayoría de sus víctimas como por la pésima respuesta de la policía. Cerca de 400 agentes fuertemente armados llegaron rápidamente a la escuela, pero esperaron más de una hora antes de que uno de ellos confrontara y matara al atacante. Las familias indignadas de los niños asesinados han exigido respuestas y rendición de cuentas. Un año después de los asesinatos, no han obtenido mucho.
No obstante, al igual que los sobrevivientes y los familiares de las víctimas abatidas en tiroteos masivos anteriores, la gente de Uvalde debe encontrar maneras de seguir adelante, incluso cuando hacen un alto para conmemorar el primer aniversario de la tragedia.
El día fatídico
Era tarde en la mañana del 24 de mayo de 2022 cuando a Mata le dijeron que tanto la escuela de Tess, la escuela primaria Robb, y después la suya, habían sido cerradas de emergencia. Por sí solo, eso no era terriblemente alarmante: las escuelas a menudo toman tal acción, dijo, en respuesta a las frecuentes persecuciones policiales que involucran a personas que tratan de cruzar ilegalmente la frontera entre Texas y México, a apenas una hora de distancia.
Pero cuando otros maestros comenzaron a recibir llamadas de que había un tirador en Robb, su corazón comenzó a martillar en su pecho. Llamó a su esposo, Jerry, quien ya conducía hacia la escuela, y se mantuvo en la línea con él mientras avanzaba por las calles repletas de policías y socorristas.
Entonces, escuchó disparos. Los tiros, le dijo su esposo, provenían del lado del edificio donde se encontraba el ala de cuarto grado de su hija. Él dijo que tenía que irse y colgó. Mata intentó contactar a los maestros de Tess, quienes por lo general respondían rápidamente a los mensajes de texto y los correos electrónicos. No hubo respuesta.
Después de obtener permiso de la directora de su escuela para salir, Mata corrió al centro cívico de la ciudad, al que los autobuses llevaban a los estudiantes de la escuela Robb, y leyó ansiosamente una lista de salones que habían sido evacuados de manera segura. El de Tess no era uno de ellos.
Ella y su esposo fueron redirigidos al hospital, donde les informaron que no había ingresado nadie que coincidiera con la descripción de Tess. Un funcionario les dijo que podía obtener más información si regresaba al centro cívico. Allí, a las 11:30 p.m., dijo que ella y su esposo pasaron por “lo que ninguna madre y ningún padre deberían tener que sufrir”: la noticia de que Tess había sido asesinada.
Una visita diaria
Cuando termina el día escolar, Mata se va a casa, cena con su esposo y luego visita el cementerio.
Limpia cuidadosamente la tumba de su hija -una lápida de granito gris pulido adornada con la foto de Tess- y luego se sienta frente a ella en una banca de mármol negro decorada con mariposas en colores lavanda y verde azulado, los favoritos de Tess. Le cuenta a Tess sobre su día, sobre sus conversaciones y lo que pasó en Austin esa semana. Le pide a su hija consejos sobre el mejor camino a seguir y fuerzas para continuar adelante un día más.
“Bueno, bebé, te veré más tarde. Te amo”, dice Mata al alejarse.
Volverá mañana.
BIDEN: “ES MOMENTO DE ACTUAR”
- Mientras familias y seres queridos lloraban la inimaginable pérdida de 19 niños y dos maestras que murieron al ser baleados el año pasado en Uvalde, Texas, el presidente Joe Biden dijo desde la Casa Blanca que demasiadas escuelas y demasiados lugares se han convertido en “campos de muerte”.
- Los miembros de la localidad realizaron una vigilia con velas. La legislatura de Texas guardó un minuto de silencio a las 11:30 de la mañana, la hora en que el agresor entró el año pasado en la Escuela Primaria Robb y desató la peor masacre escolar de los últimos 10 años en Estados Unidos.
- Biden pronunció un discurso frente a 21 velas, una por cada víctima, acompañadas de una rosa blanca y lazos de satén de los colores de la escuela que contenían el nombre y edad de cada una de las víctimas.
- “Es momento de actuar”, señaló Biden. “Es momento de hacer que se escuchen nuestras voces. No como demócratas o como republicanos, sino como amigos, como vecinos, como padres, como estadounidenses”.
- Hasta el 24 de mayo, se han registrado por lo menos 25 masacres en Estados Unidos en lo que va de 2023, que han dejado al menos 127 personas muertas, sin incluir a los agresores que fallecieron, de acuerdo con una base de datos operada por AP y USA Today en colaboración con la Universidad Northeastern.