Criminales cibernéticos roban salarios en 20 universidades

Víctor Caycho
Washinton Hispanic

Agencias de la ley del país detectaron y desbarataron una organización criminal en el extranjero que tenía por objetivo jaquear los sistemas de cómputo de las universidades para robar los cheques de pago y devoluciones de impuestos de profesores y empleados.

Al cabo de cinco años de investigación, la policía federal (FBI) rastreó e identificó a dos de los criminales, ambos ciudadanos de Nigeria pero con residencia en Malasia.

Olayinka Olaniyi y Damilola Soloman Ibiwoye fueron arrestados y extraditados, con la colaboración de la Policía Real de Malasia, reportó el lunes el FBI.

Ibiwoye se declaró culpable y fue sentencia a tres años y tres meses de prisión. Olaniyi fue sentenciado por un tribunal federal y pasará seis años en la cárcel.

Las autoridades indicaron que los dos criminales lograron infiltrarse y tener acceso a los sistemas de unas 20 universidades. Pero el agente especial del FBI Tyson Fowler, asentado en Atlanta, reveló que a lo largo de la investigación “encontramos folders en sus computadoras sobre sus esfuerzos para obtener información personal y financiera por medios fraudulentos en 130 a 140 escuelas universitarias”.

La sofisticada operación se originó en Kuala Lumpur, Malasia, desde donde los dos nigerianos enviaban correos fraudulentos a personal de esas instituciones buscando agenciarse de credenciales del sistema.
Estas actividades empezaron a investigarse desde el feriado de Acción de Gracias en 2014, cuando personal de la universidad Georgia Tech empezaron a recibir denuncias de los empleados que no habían recibido sus cheques de pago a pesar de que se les había enviado oportunamente.

La universidad determinó que su red había sido comprometida y muchos miembros del personal encontraron que la información de sus depósitos de pago directo había sido cambiada.

De acuerdo al FBI, los ‘hackers’ habían logrado grabar los nombres de los usuarios y sus passwords, y entrar a los sistemas estudiantiles para usar credenciales robadas y dirigir las rutas de pago de los empleados a cuentas internacionales.

El agente Fowler destacó “la importantísima y oportuna ayuda de la universidad Georgia Tech, que hizo una detección temprana de la anomalía y luego trabajó con las agencias de la ley, lo que hizo una gran diferencia”.

“Nosotros no hubiésemos podido ser capaces de tener tanto éxito sin el apoyo de la Georgia Tech”, añadió, quien también agradeció la “amplia cooperación” de la Policía Real de Malasia.