La leche materna potencia el sistema inmunitario

Cuando se habla de alimentar al bebé, la comunidad científica está de acuerdo: la lactancia materna es lo mejor. Pero si tienes problemas de cualquier tipo, estás agotada o –simplemente– has optado por el biberón, adelante, lo importante es alimentar al recién nacido.

 El mensaje “la materna es la mejor” no tiene en cuenta tus circunstancias personales. Y es importante que no añadas los biberones a la lista de cosas que puedan generarte culpabilidad. ¡Las diferentes leches que hay en el mercado son excelentes!

Dicho lo anterior, la evidencia científica es irrefutable y lo mejor desde el punto de vista nutricional es la leche materna; por no mencionar que es la única forma segura de nutrir al bebé en sitios sin acceso fácil a agua bien limpia y a recursos para esterilizar. Y que, desde luego, es la opción más barata. Pero hay mucho más: Lee a continuación 25 cosas que añadir a todo lo anterior.

La leche materna es la perfecta “comida preparada”

Una vez establecido que vas a criar al niño, no hay nada más simple: está siempre disponible, no es necesario lavar nada o, más difícil aún, no hay que esterilizar el biberón y la tetina, no hay que hervir agua, ni dejarla enfriarse… sale a la temperatura perfecta, bajo demanda… ¡es “fast food”!

Contiene todos los nutrientes que el bebé necesita

La leche materna contiene todos los hidratos, proteínas, grasas, minerales y vitaminas que el niño necesita. De hecho, contiene más de 200 tipos diferentes de ácidos grasos y más de 400 clases de proteínas. Además, como es un 87% de agua, es el único líquido que necesita hasta el destete.

Sabe diferente en función de lo que tú hayas comido

La leche materna es básicamente dulce, con una ligera consistencia cremosa. Pero en lugar de tener un sabor uniforme, sabe diferente, dependiendo de lo que hayas comido tú. Fíjate que buena noticia para cuando llegue el destete: el niño habrá probado toda la gama de sabores. De hecho, la ciencia lo corrobora: un estudio de 2017 mostró que la leche contenía sabores de diferentes jugos vegetales y, lo mejor de todo, que los niños aceptaban mejor los purés tras el destete.

Su composición cambia constantemente

Es poco conocido el hecho de que la leche materna cambia, y lo hace a medida que el lactante crece y que cambian sus necesidades nutricionales. Tras el parto, hasta alrededor del día tres, tu cuerpo segrega calostros. Es oro líquido: muy rico en proteínas y repleto de vitaminas y minerales, y también de células blancas, que van a ayudar al bebé a luchar contra las infecciones. Es el comienzo ideal para el niño.

Al cabo de tres días, el cuerpo de la madre segrega leche ‘transicional’ (aunque seguirá habiendo calostros) y es cuando la madre siente que ‘le sube’ la leche. Esto durará cosa de un par de semanas hasta que el cuerpo produce leche ‘madura’. Pero esto no es todo, pues la composición de esta leche madura cambiará más o menos semanalmente para adecuarse a las necesidades del niño.

La composición de la leche varía a lo largo de cada toma

También esto se conoce poco. Cuando el niño empieza a mamar, le llegará una leche más ‘fina’, más sutil, que actúa como una bebida y calmará la sed del niño. Y según sigue mamando, recibirá la leche completa, con un mayor contenido de grasa, destinada a satisfacer las demandas energéticas. A veces, el niño sólo tendrá sed, y dejará de mamar cuando la calme, mientras que otras necesitará una ración equivalente a tres platos… Es importante dejarse guiar por el niño en cada toma, pues él conoce muy bien sus propios requerimientos.

La leche materna potencia el sistema inmunitario

Ya hemos visto que la leche materna contiene células blancas que van a combatir cualquier infección que tenga el niño. Pero es que si en un momento dado la madre tiene una infección, comenzará a crear anticuerpos específicos para combatirla, anticuerpos que trasmitirá al niño a través de la leche, ayudando a mantenerle a salvo. Se ha descubierto recientemente que las mujeres que se han recuperado de la COVID-19 tienen niveles significativos de anticuerpos específicos IgA contra el SARS-CoV-2 en la leche materna, que protegerá al niño.

Pero ¿quieres algo realmente sofisticado? Si el niño se infecta con un microbio dado, lo pasará a la madre a través de su saliva y la madre se pondrá inmediatamente a la tarea de elaborar exactamente el anticuerpo que el niño necesita, transmitiéndoselo a través de la leche. ¡Es mágico!

La leche materna ayuda a cicatrizar antes las heridas

Se piensa que la leche materna tiene propiedades antiinflamatorias y se supone que es capaz de acelerar el proceso de curación de pequeñas heridas o quemaduras y de conjuntivitis.

Puede ayudar a que el niño se duerma

Parece que no es cierto que los niños criados con biberón se duermen antes; es más, resulta al contrario. No sólo es relajante el succionar del pezón, sino que el nivel de la hormona seratonina se incrementa en la leche materna a lo largo del día, y esta hormona es la responsable de una deliciosa somnolencia y ayuda, además, a regular el ritmo circadiano del bebé. Conforme a ciertos estudios, la leche ‘nocturna’ contiene niveles más altos de determinadas proteínas del grupo de los nucleótidos, que estimulan la secreción de un aminoácido (GABA o ácido gamma-aminobutírico) que induce el sueño.

La leche materna es única

Es tan única como lo es cada niño. Está ‘diseñada’ por el cuerpo de la madre para satisfacer con precisión las necesidades de su hijo.

¡Hasta su olor es único!

Aún más único es el aroma de la leche. El bebé tiene un buen olfato y puede notar que determinada leche es para él.

Contiene células madre

Las células madre son las que generan todas las otras células ‘específicas’ (células sanguíneas, o cerebrales, por decir alguna). Y se encuentran también en la leche materna. En un estudio de 2012 de la Universidad Western Australia (sobre ratones) se encontró no sólo que había células madre en la leche materna, sino que permanecían vivas en el estómago del bebé y que se habían llevado a la sangre, el timo, el hígado, el páncreas, el bazo y el cerebro; en todos esos órganos se habían integrado y producían proteínas específicas.

Puede matar células cancerosas

Esto se descubrió por casualidad. Cuando los científicos investigaban las propiedades anti-bacterianas de la leche materna, vieron que tenía la capacidad de matar hasta 40 tipos diferentes de células cancerosas. Se debe a una sustancia llamada HAMLET (Human Alpha-lactalbumin Made LEthal to Tumour cells, algo así como alfa-lactoalbúmina letal para células tumorales). Parece que HAMLET podría no estar tal cual en la leche en sí; la teoría es que se forma a partir de la albúmina en el entorno ácido del estómago del bebé. Algo muy inteligente, desde luego.

Contiene analgésicos

Sí, además de todo lo anterior, contiene 12 diferentes endocannabinoides (nada de pánico: son otros cannabinoides, no los del cannabis), el más abundante de los cuales es 2-AG, que ayuda a regular el sistema inmune, tiene propiedades antiinflamatorias y estimula el instinto de succión del niño. SI quieres aliviar el dolor del bebé tras por ejemplo una vacuna, amamántalo.

Cambia en función del sexo del bebé (y de lo rica que sea la madre)

Esto parece increíble, pero el sexo del niño puede determinar la composición de la leche materna.Más aún: en la composición también influye el nivel económico de la madre. En un estudio publicado en la revista American Journal of Physical Anthropology en el entorno rural de Kenia, los investigadores hallaron que las madres con economías saneadas producían leche más ‘rica’ si el niño era varón que si era mujer (2,8% de grasa en lugar de 1,74); y las madres más pobres segregaban leche más rica (2,6% comparado con 2.3%) si el bebé era mujer. La teoría es que la selección natural favorece la ‘inversión’ en chicos cuando las cosas van bien, mientras que en vacas flacas se invierte más en las niñas.

La producción de leche está asociada al amor

¿No has notado que te puede subir la leche sólo por mirar al bebé u oírlo llorar? Se debe a la hormona oxitocina (la hormona del amor) que causa que se contraigan los conductos de la leche. La oxitocina también tiene un papel importante durante el sexo.

La lactancia materna también es buena para la madre

La ciencia revela que si amamantas al bebé entre 4 y 12 meses, el riesgo de desarrollar cáncer de mama disminuye un 11%. Y si sigues amamantándole hasta 24 meses, el riesgo baja hasta el 25%. Ciertos estudios también han demostrado que las mujeres que amamantan a sus hijos tienen un riesgo menor de desarrollar cáncer de ovario.

El pezón tiene muchas aberturas

Antes de empezar con la lactancia, parece incierto por dónde saldrá la leche. Algunos muestran un solo agujero, casi como la tetina de un biberón. En realidad, el pezón tiene hasta 18 diferentes puntos de salida, aunque la media es de nueve.

¿La derecha o la izquierda?

Aparentemente, casi el 75% de las madres produce más leche en la mama derecha, con independencia de que sean zurdas o diestras. No está claro el porqué, aunque hay una teoría según la cual la preferencia del bebé por una u otra –según la madre lo tenga más tiempo, o más a menudo– es la que determinaría cuál produce más.

 

La lactancia debe aprenderse

La lactancia es un proceso natural, pero eso no significa que sea siempre fácil. Lo ideal es que, antes del parto, estés con otras madres lactantes y veas el proceso. Esto lo comprobaron cuidadores de zoológicos en los años ochenta (¡sí, es cierto!). Cuando una joven gorila (cuya madre había muerto) dio a luz, no tenía ni idea de amamantar al recién nacido. Los cuidadores hablaron entonces con una organización que fomenta la lactancia materna –‘La Leche League’– pidiéndoles ayuda, que consistió en que varias madres voluntarias amamantaron a sus bebés delante de la gorila, que atendió muy aplicadamente y aprendió rápidamente cómo debía hacerlo.

Amamantar no debería doler

Muchas madres lo encuentran incómodo, y al principio hasta doloroso. Pero una vez la madre familiarizada con la nueva sensación, no debería doler en absoluto. Si la lactancia conlleva dolor o si tienes rozaduras o cualquier tipo de daños o sangrados, habla cuanto antes con la comadrona o, en última instancia, con el médico. A veces todo puede ser cuestión de ajustar la posición del bebé, pero que sea un especialista el que, llegado el caso, diagnostique anquiloglosia (una malformación en la lengua).

Ayuda a regular la temperatura del bebé

El contacto estrecho de la piel del niño con la de la madre, mientras mama, es importante por muchas razones, entre otras porque ayuda al niño a regular su propia temperatura. De hecho, un estudio mostró que los niños que se mantienen abrazados, piel con piel, las primeras horas de su vida se mantienen más calientes que los recién nacidos envueltos y abrazados por la madre.

Protege la vida del niño a largo plazo

La Organización Mundial de la Salud promociona la lactancia materna como una forma de asegurar en lo posible la salud del niño los dos primeros años de vida. Pero también sugiere que los beneficios van más allá en el tiempo protegiéndolo de enfermedades no transmisibles, como la obesidad. También podría protegerlos de presión arterial elevada, eczemas y asma. Un estudio comprobó que los niños asmáticos criados con leche materna tenían muchas menos exacerbaciones que los criados con biberón.

Es mejor para el medio ambiente

Parece ocioso decirlo, pero recordemos que la lactancia materna no implica emisión de ningún tipo, ni residuo alguno. Un estudio del Imperial College de Londres mostró que si se tenía en cuenta los métodos de producción y las emisiones de metano de las vacas en la producción de leche, la lactancia materna de seis meses supone un ahorro de 153kg de CO2 por niño.

Se puede congelar

Si te estás extrayendo la leche, o la quieres usar en un futuro, se puede congelar durante seis meses (siempre que esté por lo menos a -18ºC). Se puede guardar en ‘tapers’ esterilizados o en bolsas específicas (de venta en farmacias o en internet). Guárdala en pequeñas cantidades y, cuando la necesites, descongélala despacio en la nevera o lentamente en un baño maría templado, si la necesitas inmediatamente. Nunca vuelvas a congelarla si ya lo ha estado. Debes usarla no después de una hora tras la descongelación.

Y puedes donarla

Y puede ser de gran ayuda para salvar vidas de bebés prematuros y nacidos con graves enfermedades cuyas madres, por la razón que sea, no pueden alimentarlos.