TPS en su hora cero

Víctor Caycho
Washington Hispanic

Horas de tensión, nerviosismo y esperanza contenida viven alrededor de 200 mil salvadoreños que tienen el beneficio del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), un programa que desde hace años les permite residir y trabajar legalmente en los Estados Unidos.

La razón: este lunes 8 de enero vence el plazo establecido por ley para que el gobierno, a través del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), anuncie su decisión definitiva. Es decir, si mantiene el programa TPS tal como está y prorroga su extensión por otros 18 meses. O si lo extiende por última vez, por un término de 18 meses o menos, para que las familias beneficiadas puedan prepararse para retornar a El Salvador o ajustar su estatus migratorio si están aptos para hacerlo.

Mientras tanto, la Oficina para Asuntos Latinos (MOLA) de la Alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, puso en marcha una vasta campaña de recolección de firmas para suscribir una carta dirigida al presidente Donald Trump, en la que le solicitan que mantenga la designación del TPS para El Salvador y que extienda su extensión por 18 meses.

La propia alcaldesa Bowser se unió a esta iniciativa y es una de las firmantes del documento, enviado a la Casa Blanca por Internet y las redes sociales a lo largo de los últimos días.

Los firmantes de la misiva, que incluye a vecinos, amigos y familiares de salvadoreños con TPS, argumentan que de darse término a ese programa, “se expondría a miles de personas a la violencia y a la inestabilidad devastadoras en El Salvador”.

Asimismo, el texto de la carta hace notar que “poner fin al estatus de TPS para El Salvador podría costarle a los Estados Unidos más de 45 mil millones de dólares en 10 años”.

Funcionarios de MOLA dieron a conocer que en el área metropolitana de Washington DC viven más de 30,000 salvadoreños con TPS.

Trabajo y seguridad

Por otro lado, en una mesa redonda efectuada el miércoles 3, expertos economistas, líderes religiosos y defensores de los inmigrantes destacaron la importancia de mantener vigente el TPS.

“La más grande amenaza que enfrentamos es la carencia de capital humano en nuestra industria”, señaló Mark Drury, vicepresidente de Business Development, Shapiro & Duncan, Inc., uno de los integrantes del panel, al ser preguntado sobre una posible cancelación del programa.

“Luchamos para encontrar suficientes personal calificado en los trabajos que desarrollamos y no podríamos empezar a tomar nuevos trabajadores sin una adecuada capacidad y fortaleza, y ese capital humano está en la gente con TPS”, añadió.

Oscar Chacón, con-fundador y director ejecutivo de Alianza Americas, señaló que “la realidad es que el Estatus de Protección Temporal es bueno para la seguridad nacional, la estabilidad regional, la economía de los Estados Unidos y para nuestras familias y comunidades”.

“Finalizar este programa pondría muchas vidas en peligro e iría contra muchos de los valores estadounidenses que la administración Trump pretende defender”, sostuvo.

Otro de los panelistas fue Dennis Stinchcomb, director adjunto para Investigación del Centro de Estudios Latinoamericanos en la American University, quien sostuvo que El Salvador no está en capacidad de recibir adecuadamente a los miles de beneficiarios del TPS en un eventual retorno a ese país.

Explicó que dicha nación centroamericana se mantiene “en una situación precaria”, derivada de eventos climáticos recurrentes, limitadas oportunidades de empleo y una fuerte dependencia de las remesas.