Shafik, una destacada economista al frente de la convulsa Universidad de Columbia

Minouche Shafik, una reconocida economista de origen egipcio, dirige desde hace menos de un año la Universidad de Columbia, una de las más prestigiosas de Estados Unidos. Y ahora su nombre está asociado a las dramáticas escenas de la policía arrestando estudiantes propalestinos dentro del campus.

Shafik, de 61 años, está en el centro de la crisis que generaron las protestas que empezaron en Columbia y se extendieron por otras universidades del país.

Por segunda vez en  dos semanas, pidió la intervención de la policía dentro del campus: primero para desalojar un campamento en los jardines y, el martes, para expulsar a los estudiantes que ocupaban un edificio.

Las imágenes impactantes de los agentes de policía con cascos y escudos deteniendo a los manifestantes circularon durante la noche, despertando críticas hacia Shafik, especialmente por parte de profesores.

Pero la rectora ya venía siendo cuestionada en al menos dos frentes.

Los republicanos pedían su renuncia por no proteger a los estudiantes judíos del campus, mientras que los estudiantes propalestinos la acusaban de amordazar sus manifestaciones y escalar la situación acudiendo a la policía.

– «Papel crucial» de la universidad  –

Nemat «Minouche» Shafik nació en Alejandría en un hogar acomodado. Tenía cuatro años cuando su familia huyó de Egipto y se mudó Estados Unidos.

«A mediados de los 1960, cuando la mayoría de nuestras tierras y propiedades fueron confiscadas por el estado egipcio, como parte del programa de nacionalización de Nasser», explicó a la revista Columbia Magazine en 2023.

Como inmigrante en el sur de Estados Unidos vivió una época de «tensiones raciales» que la marcó profundamente.

Shafik se graduó en prestigiosas universidades de Estados Unidos y Reino Unido y ocupó cargos importantes en el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Inglaterra.

Cuando se convirtió en la primera mujer al frente de Columbia, la universidad ya estaba inmersa en debates espinosos, como el costo de la educación superior.

Pero la guerra en Gaza, desatada tras el ataque de Hamás en Israel en octubre, llevó las discusiones a otro nivel.
Shafik vio renunciar a rectores de otras dos universidades -incluida Harvard- bajo acusaciones de no hacer lo suficiente para combatir el antisemitismo en el campus.

El 17 de abril defendió sus acciones ante el Congreso de Estados Unidos y condenó el antisemitismo, «tan generalizado hoy en día».
Ese mismo día, los estudiantes de Columbia instalaron carpas en los jardines pidiendo el fin de la guerra en Gaza y que la institución corte todos sus lazos con Israel.

Shafik llamó a la policía al día siguiente para dispersarlos y hubo 100 detenidos. Esto inició una escalada que culminó con la policía entrando nuevamente al campus esta semana.

«En un momento en que las universidades tienen un papel crucial a la hora de abordar los problemas de la sociedad, creo que Columbia está en posición de ser una tremenda fuerza de cambio, en Nueva York y en todo el mundo», había dicho Shafik el año pasado, al reflexionar sobre su decisión de dirigir la prestigiosa institución.
Y los estudiantes, de ambos lados, parecen haberse tomado en serio sus palabras.