Sacrificio de los soldados de EEUU no debe caer en vano
El sacrificio de generaciones de soldados estadounidenses que “se atrevieron a todo y lo dieron todo” luchando por su país fue elogiado por el presidente Joe Biden, quien pidió a la ciudadanía garantizar que su “sacrificio no haya sido en vano”, durante la conmemoración del Día de los Caídos en Guerras de Estados Unidos, el lunes 29 en el cementerio Nacional de Arlington.
El presidente estuvo acompañado de la primera dama, Jill Biden, la vicepresidenta Kamala Harris, y el esposo de Harris, Douglas Emhoff, durante la tradicional colocación de la corona de flores para la 155ta Ceremonia del Día de los Caídos en Guerras.
“Nunca debemos olvidar el precio que se pagó por proteger nuestra democracia”, dijo Biden después en un discurso en el Memorial Amphitheater. “Nunca debemos olvidar las vidas que estas banderas, flores y mármol representan”.
“Todos los años recordamos”, añadió. “Y nunca se vuelve más fácil”.
Este Memorial Day tuvo lugar un día después de que Biden y el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, alcanzaran un acuerdo para elevar el límite de deuda del país, que el miércoles aprobó la Cámara de Representantes y el jueves en el Senado.
Tal como está, el acuerdo mantendría prácticamente sin cambios los gastos no relacionados con la defensa durante el ejercicio fiscal 2024 y les daría un incremento del 1% para el próximo año. La medida permitiría un aumento del 3% en el gasto de defensa para el año fiscal 2024, hasta 886.000 millones de dólares, y luego otro incremento del 1% para el ejercicio fiscal 2025, hasta 895.000 millones.
Biden se enorgullece de que su gobierno demócrata esté al frente en una época de relativa paz para las fuerzas armadas estadounidenses después de dos décadas de guerra en Afganistán e Irak.
Estados Unidos se encuentra actualmente al frente de una coalición de aliados que destinan miles de millones de dólares en ayuda militar y económica a Ucrania mientras intenta repeler la invasión de Rusia, la cual no parece tener un final a la vista.
Aunque ha dejado en claro que no tiene deseo de que los soldados estadounidenses ingresen al conflicto, Biden ha mantenido que considera el intento de Rusia de apoderarse de nuevos territorios como una afrenta a las normas internacionales.
También ha prometido ayudar a Kiev, enviando baterías de artillería, tanques y drones, y recientemente accediendo a permitir que los aliados adiestren a las fuerzas armadas ucranianas en el uso de aviones de combate F-16 de fabricación estadounidense.