Republicanos buscan ahora descongelar su Ley de Salud
Víctor Caycho
Washington Hispanic
n una verdadera carrera contra el tiempo, el líder de la bancada mayoritaria del Senado, Mitch McConnell, está tomando urgentes medidas para “sacar de la congeladora” el proyecto de ley de los republicanos que busca reformar el sistema de salud pública.
Dicha iniciativa está congelada desde el martes 27, cuando el bloque senatorial republicano cayó en la cuenta que no tenía los votos necesarios (52) para aprobarla y de esa manera eliminar la ley de salud conocida como Obamacare.
Ese martes, McConnell anunció la postergación de toda votación sobre el tema durante un almuerzo de senadores a puerta cerrada, al que también asistió el vicepresidente Mike Pence.
De acuerdo con los presentes, McConnell usó un tono de hechos consumados. Su acción equivale a un revés doloroso para el líder del Senado de mucho tiempo, quien en gran medida había desarrollado la iniciativa de ley en secreto mientras Trump se hizo a un lado en señal de respeto.
La propuesta de reforma, que busca anular casi toda la actual ley de salud, ha sido una de las prioridades más importantes del Partido Republicano durante muchos años, por lo que el retraso representa un gran bochorno para Trump y McConnell.
Sin embargo, el jueves 29 se conoció que el mismo McConnell había ordenado realizar una revisión acelerada del proyecto, para presentarla este fin de semana a la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), la misma que había advertido que la versión ahora congelada podría dejar sin seguro a 22 millones de personas.
El objetivo de McConnell, según esas fuentes, es que el Senado vote sobre el nuevo proyecto este mes, antes del receso del Congreso en agosto.
Entretanto, Trump invitó el mismo martes al bloque de senadores republicanos a la Casa Blanca, pero el mensaje que les entregó no fue del todo esperanzador.
«Esto será genial si lo logramos, pero si no lo hacemos será algo que no nos va a gustar, y eso está bien y lo entiendo muy bien», advirtió el presidente a los senadores en la Sala Este de la Casa Blanca. La mayoría de los legisladores tenían rostros sombríos.
Trump añadió: «Pero creo que tenemos la oportunidad de hacer algo muy, muy importante para la gente, algo muy, muy importante para la gente de nuestro país».
Al menos cinco senadores republicanos, conservadores y moderados, habían dicho que votarían en contra de la propuesta. Después de que McConnell anunció el aplazamiento, otros senadores más expresaron públicamente sus críticas hacia el proyecto de reforma.
Basta con que tres de los 52 senadores republicanos voten en contra para que se descarrile la iniciativa.
Eso es lo que McConnell trata de evitar. El tiempo sigue corriendo.