Promueven educación para el manejo del internet
Shawn Lee, profesor de ciencias sociales en una secundaria de Seattle, quiere ver que se implementen lecciones sobre el internet similares a una especie de educación vial para el siglo XXI, algo esencial para la vida moderna.
Lee ha tratado de llevar ese tipo de educación a su salón de clases, con lecciones sobre la necesidad de verificar dos veces las fuentes en línea, diversificar las fuentes de noticias y usar el pensamiento crítico en la web. También creó una organización para que otros maestros compartan recursos.
“Esta tecnología es tan nueva que nadie nos enseñó cómo usarla”, dijo Lee. “La gente dice: ‘No hay nada que podamos hacer’, y se encogen de hombros. No estoy de acuerdo con eso. Me gustaría pensar que la república puede sobrevivir a un algoritmo”.
Las labores de Lee forman parte de un movimiento creciente de educadores e investigadores de información errónea que trabajan para contrarrestar una explosión de desinformación en línea sobre todos los temas, desde la política presidencial a las pandemias. Hasta ahora, Estados Unidos va a la zaga de muchas otras democracias en esta batalla, y las consecuencias de la inacción son claras.
Pero para los profesores que ya enfrentan infinidad de exigencias en el aula, incorporar la alfabetización sobre internet puede ser un reto, especialmente dado lo politizada que se ha vuelto la información errónea sobre las vacunas, la salud pública, las votaciones, el cambio climático y la guerra en Ucrania. Este es el título de una discusión para una reunión reciente del grupo de Lee: “Cómo hablar sobre teorías de conspiración sin ser despedido”.
“No se trata de enseñar qué pensar, sino cómo pensar”, dijo Julie Smith, experta en alfabetización mediática que imparte clases en la Universidad Webster, en Webster Groves, Missouri. “Se trata de generar interés en involucrar a tu cerebro. Es preguntar: ‘¿Quién creó esto? ¿Por qué? ¿Por qué lo estoy viendo ahora? ¿Cómo me hace sentir y por qué?’”
Con frecuencia se ofrecen nuevas leyes y cambios de algoritmos como las maneras más prometedoras de combatir la desinformación en línea, incluso mientras las empresas tecnológicas estudian sus propias soluciones.
No obstante, alfabetizar sobre el internet podría ser el método más efectivo. Nueva Jersey, Illinois y Texas se encuentran entre los estados que recientemente implementaron nuevos estándares para enseñar a manejar la red mundial, una categoría amplia que puede incluir lecciones sobre cómo funcionan el internet y las redes sociales, junto con un enfoque sobre cómo detectar información errónea mediante la verificación cruzada de fuentes múltiples y tener cuidado con las afirmaciones que carecen de contexto o tienen titulares muy emotivos.
Las lecciones de alfabetización mediática a menudo se incluyen en las clases de historia, gobierno u otras ciencias sociales, y generalmente se ofrecen a nivel de escuela secundaria, aunque los expertos dicen que nunca es demasiado temprano —o tarde— para ayudar a las personas a convertirse en mejores usuarios de internet.
Los niños finlandeses comienzan a aprender acerca de la web en preescolar, parte de un programa sólido contra la desinformación cuyo objetivo es hacer que los habitantes del país sean más resistentes a las afirmaciones falsas en línea. Finlandia tiene una larga historia de combatir propaganda e información errónea difundida por Rusia, uno de sus vecinos, y amplió sus labores actuales después de que la invasión rusa de la península de Crimea en 2014 desencadenara otra ola de desinformación.
“La alfabetización mediática era una de nuestras prioridades antes de la era del internet”, dijo en una entrevista reciente Petri Honkonen, ministro de ciencia y cultura de Finlandia. “El punto es el pensamiento crítico, y esa es una habilidad que todo el mundo necesita más y más. Tenemos que proteger a las personas de alguna manera. También debemos proteger la democracia”.
Honkonen habló con The Associated Press previamente este año durante un viaje a Washington que incluyó reuniones sobre el trabajo de Finlandia para combatir la información errónea en línea. Un informe reciente acerca de los esfuerzos de alfabetización mediática en las democracias occidentales ubicó a Finlandia a la cabeza. Canadá ocupó el séptimo lugar, mientras que Estados Unidos tuvo el puesto 18.
En Finlandia, las lecciones no terminan con la escuela primaria. Los anuncios de servicio público ofrecen consejos para evitar afirmaciones falsas en línea y verificar múltiples fuentes. Hay programas adicionales dirigidos a los adultos mayores, que pueden ser especialmente vulnerables a la información errónea en comparación con los usuarios más jóvenes, que usualmente se sienten más a gusto manejando el internet.
En Estados Unidos, los intentos para enseñar a usar la red mundial se han topado con oposición política de personas que los equiparan con querer controlar el pensamiento. Lee, el profesor de Seattle, dijo que esa preocupación hace que algunos maestros ni siquiera lo intenten.
Hace varios años, la Universidad de Washington lanzó el Día de la Desinformación, que reunió a estudiantes de secundaria y sus maestros para un evento de un día con oradores, ejercicios y actividades enfocadas en la alfabetización mediática. Setecientos estudiantes de todo el estado asistieron a uno de los tres Días de la Desinformación este año.
Jevin West, el profesor de la Universidad de Washington que creó el evento, dijo que lo han contactado educadores de otros estados y de sitios tan lejanos como Australia, pues están interesados en crear algo similar.
“Tal vez a la larga, algún día, a nivel nacional aquí en Estados Unidos, tengamos un día dedicado a la idea de la alfabetización mediática”, dijo West. “Hay todo tipo de cosas que podemos hacer en términos de regulaciones, tecnología, en términos de investigación, pero nada va a ser más importante que esta idea de hacernos más resistentes” a la información falsa.
Para los maestros que ya pasan apuros con otras exigencias en las aulas, agregar la alfabetización mediática puede parecer una simple obligación más. Pero es una habilidad tan importante como la ingeniería informática o el desarrollo de programas de cómputo para la economía del futuro, según Erin McNeill, una madre de Massachusetts que fundó Media Literacy Now (Alfabetización Mediática Ahora), una organización nacional sin fines de lucro que aboga por educación en alfabetización digital.
“Este es un problema de innovación”, dijo McNeill. “La comunicación básica forma parte de nuestra economía de la información, y habrá enormes implicaciones para nuestra economía si no hacemos esto bien”.
La analogía de la educación vial surge mucho cuando se habla con expertos en alfabetización mediática. La producción de automóviles comenzó a principios del siglo XX y pronto se volvieron populares. Pero pasaron casi tres décadas antes de que se ofrecieran los primeros cursos de educación vial.
¿Qué cambió? Los gobiernos aprobaron leyes que regulaban la seguridad de los vehículos y el comportamiento de los conductores. Las compañías automotrices agregaron características como columnas de dirección que se comprimían, cinturones de seguridad y bolsas de aire. Y a mediados de la década de 1930, los activistas por la seguridad comenzaron a presionar para que se impartiera educación vial obligatoria.
Esa combinación de gobierno, industria y educadores es vista como un modelo por muchos investigadores de desinformación y alfabetización mediática. Cualquier solución efectiva a los desafíos que plantea la información falsa en línea, dicen, debe incluir necesariamente un componente educativo.
La alfabetización mediática en las escuelas canadienses comenzó hace décadas e inicialmente se centró en la televisión, antes de expandirse a lo largo de la era digital. Ahora se considera una parte esencial de la preparación de los estudiantes, según Matthew Johnson, director de educación de MediaSmarts, una organización que dirige programas de alfabetización mediática en Canadá.
“Necesitamos límites de velocidad, necesitamos caminos bien diseñados y buenas regulaciones para garantizar que los autos sean seguros. Pero también enseñamos a las personas a conducir de manera segura”, dijo. “Independientemente de lo que hagan los reguladores, de lo que hagan las plataformas en línea, el contenido siempre termina frente a una audiencia, y necesita tener las herramientas para interactuar críticamente con él”.