Piden investigar asesinato de activista Berta Cáceres

Víctor Caycho
Washington Hispanic

l asesinato de la ambientalista Berta Cáceres, que se registró el 2 de marzo en su casa de La Esperanza, Honduras, causó conmoción en el seno del Capitolio en Washington DC. Esta semana, un total de 18 legisladores enviaron una carta al Secretario de Estado, John Kerry, en la cual demandan seguir de cerca la investigación del crimen ordenada por el gobierno hondureño.

Cáceres, quien en el 2015 recibió en Estados Unidos el premio Goldman, considerado el más alto reconocimiento mundial que se otorga cada año a un defensor del medio ambiente, murió acribillada a tiros por pistoleros encapuchados que ingresaron a su casa en la madrugada del miércoles 2.

“Seguiremos este caso de cerca y consideraremos cuidadosamente sus posibles implicaciones para el futuro de la ayuda estadounidense a Honduras”, advirtió el congresista Sam Farr, de California, uno de los firmantes de la misiva.

“Berta era una campeona de la defensa de los derechos de los pueblos indígenas y del medio ambiente. Arriesgó su vida por esas causas, haciendo frente a las amenazas y al miedo, sabiendo que cualquier día podía ser el último”, señaló por su parte el senador demócrata Patrick Leahy, en otra declaración. “Por su valor y compromiso –añadió-, era admirada en todo el mundo, incluyendo en el Congreso de los Estados Unidos; y por ello será siempre recordada”.

Cáceres había denunciado que era objeto de amenazas de muerte por parte de la policía, el ejército y grupos de terratenientes de su país. Su labor de activista ambiental adquirió gran relevancia internacional por organizar al pueblo lenca –la mayor etnia de Honduras- al que movilizó para protestar por la construcción de un polémico proyecto hidroeléctrico sobre el río Blanco –sagrado para las comunidades indígenas hondureñas-, y que iba a ser financiado por el Banco Mundial.

El senador Leahy destacó que durante décadas él “y muchos otros”, han observado el costo humano contra los pueblos indígenas de Honduras. “En lugar de respeto y apoyo, muy a menudo ellos han sido amenazados y asesinados con impunidad”, expresó.

Leahy, tras condenar el asesinado de Berta Cáceres, sugiere tres pasos “para honrar de la manera más adecuada su sacrificio”. Ellos son:

La investigación de este crimen debe ser independiente y exhaustiva, incluyendo la participación de expertos internacionales.

El Río Blanco y el territorio al que Berta dedicó su vida a defender, deben ser protegidos. El proyecto de la represa de Agua Zarca debe ser abandonado.

Todos los hondureños deben dedicarse públicamente a defender el legítimo papel de los activistas como Berta y de las organizaciones de la sociedad civil que ejercen pacíficamente su derecho a exponer la verdad y a exigir una sociedad más justa.

“Es la responsabilidad del gobierno el protegerlos, no tratarlos como blancos legítimos para ser intimidados y detenidos”, señaló el senador Leahy.

MULTITUDINARIA DESPEDIDA
– Entre cánticos católicos y coreando consignas para exigir justicia al Estado de Honduras, una enorme multitud recorrió el sábado 5 de marzo las calles polvorientas de La Esperanza, el pueblo natal donde fueron sepultados los restos de la líder indígena y activista ambiental Berta Cáceres, asesinada a tiros.
– “Berta Cáceres presente hoy y siempre”, “La lucha sigue y sigue” y “¡Berta Vive!” gritaron los manifestantes, en su mayoría de la etnia lenca, a su paso hacia el cementerio general de La Esperanza, bajo el rítmico sonar de tambores de afrohondureños.
– Numerosos hombres se turnaron para cargar en sus hombros el ataúd de Cáceres en su ruta por más de 10 kilómetros de las vías del pueblo junto a los cuatro hijos de la víctima: Olivia, Berta, Laura y Salvador.