Endurecen normas para reducir casos de salmonella
El gobierno estadounidense propuso el lunes una serie de normas para obligar a las procesadoras de alimentos a reducir la cantidad de bacteria de salmonella hallada en los productos de pollo crudo, a riesgo de ser clausuradas.
Las normas propuestas por el Departamento de Agricultura (USDA) catalogarían a la salmonella como un adulterante, es decir, un contaminante capaz de causar enfermedad, en productos de pollo empanizado o relleno. Ello incluye a muchos productos disponibles en los supermercados, como el pollo cordon bleu o el pollo Kiev, que aparentan estar cocidos, pero solo están tratados con calor.
La agencia notificó a las empresas sobre los cambios propuestos el viernes.
La subsecretaria de la USDA a cargo de seguridad alimentaria, Sandra Eskin, indicó que la medida es parte de una campaña más amplia de la agencia por reducir las enfermedades causadas por la bacteria de salmonella, que afectan a unos 1,3 millones de estadounidenses cada año, incluyendo más de 26.000 hospitalizaciones y 420 decesos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Los CDC dicen que aproximadamente uno de cada 25 paquetes de pollo vendidos en supermercados contiene dicha bacteria.
Desde 1998, las autoridades han vinculado productos avícolas con 14 brotes de salmonelosis y unas 200 enfermedades, afirmó en una nota de prensa el Departamento de Agricultura. Un brote el año pasado causó 36 enfermedades en 11 estados y envió al hospital a 12 personas.
El Departamento de Agricultura tiene ciertos estándares que las procesadoras deben cumplir para reducir la contaminación, pero la USDA no tiene poder para impedir la venta de productos. Además, no hay pruebas adecuadas que puedan detectar el nivel de salmonella en las carnes, señaló Eskin.
Las nuevas normas incluyen pruebas periódicas en las plantas procesadoras de pollo. Un producto será considerado adulterado si contiene cierto nivel de salmonella y las autoridades podrían cerrar las fábricas que no reduzcan los niveles de salmonella en sus productos, expresó Eskin.