Roba bus y mata a peatón
Jossmar Castillo
Washington Hispanic
n hombre sembró el pánico la mañana del martes, 3 de mayo tras robar un autobús, manejar un par de cuadras y asesinar atropellando a un trabajador de una estación de combustible en el noreste de Washington DC.
La policía arrestó a Keith James Loving, de 30 años y lo acusó de homicidio en segundo grado, mientras trabajan en averiguar los motivos que lo llevaron a cometer ese fatal delito.
Como una persona cualquiera, Loving se subío en el autobús con dirección a Congress Heights en la cuadra 3800 de la Jay Street, según narró la jefa de la policía, Cathy Lanier.
Unas cuadras más adelante el hombre se avalanzó contra el conductor, atacándolo con unas pinzas de punta y provocándole varias heridas. El conductor logró escapar, no sin antes presionar un botón de emergencias que dio aviso a las autoridades. Unos pasajeros también huyeron por la puerta trasera del bus.
Fue allí en donde la pesadilla comenzó. Loving cerró la puerta y comenzó a manejar erráticamente. En el trayecto chocó contra varios autos, incluyendo una van llena de ancianos.
Mientras, en la estación de combustible, en la esquina de Helen Burroughs y Minnesota Avenue, Anthony Payne, de 40 años, trabajaba en su turno como regularmente lo hacía.
Esa mañana salió al estacionamiento de la gasolinera para botar la basura cuando el bus manejado por Loving, saltó sobre dos aceras y en cuestión de segundos lo impactó fatalmente.
Payne fue llevado al hospital, en donde fue pronunciado muerto, y el bus en el que conducía Loving fue rodeado por policías que apuntaron sus armas contra el puesto del conductor.
El hombre, quien se notaba angustiado y se resistía ante los oficiales, fue sometido y puesto bajo custodia. Un día después, de acuerdo con documentos de la corte, se supo que el hombre había consumido drogas sintéticas, como PCP, antes de cometer el delito.
Lanier califió el incidente como “sumamente extraño”, y dijo que es inusual que alguien intente robar un bus.
El conductor del autobús sufrió una herida en la espalda de la que esperan se pueda recuperar sin problema, pero el suceso ha despertado nuevamente la discusión sobre qué tan seguros están los conductores de autobuses mientras realizan su trabajo.
Desde antes del incidente ya el Metro estaba instalando placas de plástico que divide al conductor de los pasajeros.