Fallece manifestante de la Casa Blanca

Redacción
Washington Hispanic

a protesta política más larga de la historia de los Estados Unidos llegó a su fin, luego de que su protagonista, Concepción Picciotto, falleciera el pasado 25 de enero, de causas que hasta el cierre de esta nota no habían sido esclarecidas.

Tal vez el nombre no sea muy conocido por muchos, pero cualquier persona que haya visitado la casa blanca en los últimos 30 años seguramente se encontró con una pequeña tienda, con fotos y mensajes en contra de la proliferación de armas nucleares, al frente de la Casa Blanca, en Pennsylvania Avenue. Adentro estaba una pequeña mujer, sentada en una silla y con lo que parecía un casco en su cabeza. Esa era Conchita, como se hacía llamar.

Picciotto falleció en una vivienda para mujeres desamparadas. Schroeder Stribling, director ejecutivo de N Street Village, dijo que la mujer había sufrido una caída recientemente, pero se desconocía por el momento la causa de su muerte.

Picciotto, una inmigrante española que llegó a los Estados Unidos en 1963, trabajó como secretaria en el consulado español de Nueva York. Durante una batalla legal su esposo se divorció de ella, le quitó la custodia de su hija y Conchita perdió su trabajo.

Fue entonces cuando la mujer inició su batalla en contra del sistema en un intento por recuperar a su hija, a quien no volvió a ver jamás.

Sus ideales se volcaron contra las armas nucleares cuando conoció al activista William Thomas, con quien formó un grupo llamado Proposition One y que luchaba por el desarme nuclear. Thomas se casó con Ellen Thomas y falleció en 2009, pero eso no detuvo el entusiasmo de Picciotto por su causa.

En 2013 se le atribuyó haber explicado que protestaba “para impedir que el mundo fuera destruido”.
También llegó a decir que como no pudo cuidar de su hija, protestaba para que los demás niños del mundo estuvieran a salvo.