Demanda afirma que migrantes sufren aislamiento e intimidación

Los defensores de los derechos civiles y de inmigración han renovado sus preocupaciones de que los inmigrantes detenidos en la Bahía de Guantánamo están siendo retenidos en un aislamiento extremo, privados de acceso significativo a asistencia legal o comunicación sincera con sus familiares, según una nueva presentación judicial el sábado.

 

En una demanda presentada en nombre de dos inmigrantes nicaragüenses detenidos en la base naval estadounidense en Cuba, los abogados dicen que hay un clima de “miedo extremo e intimidación” que interfiere con los derechos constitucionales al debido proceso y a la asistencia jurídica.

 

La demanda revisada pide a un juez federal en Washington que intervenga en nombre de todos los futuros inmigrantes en Guantánamo, que las autoridades han utilizado como una estación de paso para los inmigrantes a quienes el presidente Donald Trump llama «los peores», con órdenes finales de expulsión, mientras su administración busca aumentar las deportaciones masivas.

 

“Los oficiales de Guantánamo han creado un clima de miedo extremo e intimidación donde los inmigrantes detenidos tienen miedo de comunicarse libremente con sus abogados”, dice la demanda, y agrega que las condiciones son más restrictivas que en los centros de detención continentales, las prisiones y, en algunos casos, la custodia militar de la ley de la guerra en la Bahía de Guantánamo.

El Comando Sur de Estados Unidos, que supervisa la base, se negó a hacer comentarios sobre la demanda y remitió las solicitudes al Departamento de Seguridad Nacional, que no respondió de inmediato a un correo electrónico el sábado.

En marzo, un juez federal falló en contra de los intentos de los defensores de ayudar a los migrantes en Guantánamo y evitar más traslados allí, días después de que la administración trasladara a todos los migrantes fuera de la instalación.

Dos nicaragüenses que llegaron desde entonces presentaron declaraciones judiciales que describen su recorrido a través de centros de detención en Luisiana hasta Cuba y sus angustiosas preocupaciones de que las conversaciones telefónicas estén siendo monitoreadas y puedan conducir a castigos o represalias.

 

Los abogados no tienen contacto personal con sus clientes en la base y afirman estar encadenados y sujetos con grilletes durante las llamadas legales, que se transmiten por altavoz con agentes sentados frente a una puerta abierta. Esto vulnera el derecho a la comunicación confidencial y el privilegio abogado-cliente, según la demanda.

La denuncia también indica que algunos detenidos fueron interrogados por el FBI sobre su posible afiliación a pandillas mientras estaban rodeados de militares. Una persona fue desnudada en busca de un cepillo de dientes perdido, y otra estuvo encerrada en una celda de concreto sin ventanas ni luz durante cuatro días, añade.

“Me han permitido hablar con mi familia unas 20 veces. Cada llamada dura unos 5 minutos”, declaró Johon Suazo-Muller en una declaración escrita ante el tribunal, traducida al inglés.

 

Dijo que emigró a Estados Unidos desde Nicaragua en octubre de 2023 en busca de asilo ante el conflicto político y una vida mejor.

 

“No tengo permitido dar información sobre mi tiempo en Guantánamo”, dijo Suazo-Muller. “No puedo decir dónde estoy ni detalles sobre cómo me siento”.