La noche en que la nostalgia hace bailar a los uruguayos

AP
Washington Hispanic

ada año, en la víspera del feriado por el Día de la Independencia, miles de uruguayos concurren a salones de baile, discotecas y hasta restaurantes a bailar canciones que fueron un éxito en las décadas pasadas. Es la Noche de la Nostalgia, declarada de interés turístico nacional por ley y patrimonio cultural de Montevideo.

“Te diría que estoy el año entero esperando esta noche y la disfruto a full (completamente). Me trae los recuerdos de la época en que tenía 16, 17 años, cuando empezábamos a bailar. Siempre me encuentro con amigos de la época. Para mí es mágico”, dijo a The Associated Press Gabriel Ferrer, un técnico de laboratorio que ya pasó los 40 años y que concurrió a uno de los bailes con una peluca de colores y lentes.

La mayor parte del público tiene entre 30 y 60 años, pero los jóvenes también se suman u organizan fiestas donde escuchan canciones no tan viejas.

La fiesta nació en 1978 cuando al empresario Pablo Lecueder se le ocurrió realizar un baile con música de décadas anteriores para promocionar un programa que tenía su emisora radial llamado “Old Hits”.

El empresario eligió el 24 de agosto, víspera del Día de la Independencia, para aprovechar que la gente podía salir a bailar sin preocuparse por ir a trabajar al día siguiente. La idea fue un éxito y pronto comenzó a ser imitada por otros. Actualmente se celebran decenas de estas fiestas en todo el territorio uruguayo.

Lecueder sostuvo que “es una fiesta feliz, de salir a divertirse, de gozar nuevamente con esos temas de antes”.

“Más que nostalgia, creo que cada uno en la pista de baile se siente como se sentía a los 20 o a los 30 años. Lo disfrutan como trasportándose en el tiempo”, explicó el empresario, que sigue al frente de una radio.

“Al día siguiente lo pagan con algunos dolores que no tenían cuando salían a bailar a los 20”, bromeó.

La fiesta, además, genera un intenso movimiento comercial porque se multiplican las ventas de disfraces y artículos de cotillón y aumenta la demanda en restaurantes y hoteles y también la de lencería.

“Los días previos se vende lencería erótica, aumenta la venta de prendas rojas y negras. Las uruguayas en los días previos a la Noche de la Nostalgia se ponen más sensuales”, dijo Melissa, empleada de una tienda de ropa íntima que prefirió no dar su apellido.

En 2003 el Congreso sancionó una ley en la que designó a la Noche de la Nostalgia de interés turístico nacional. En 2011 la Junta Departamental de Montevideo, el parlamento de la ciudad, la declaró patrimonio cultural de la capital uruguaya.