Un pequeño club con corazón de león

Redacción
Washington Hispanic

l Chapecoese llegó a la cima del futbol sudamericano sin contar con grandes estrellas ni jugadores de la celebrada selección nacional de Brasil. Hace siete años este humilde combinado militaba en la cuarta división y en 2014 ascendió a la máxima categoría. Su camino a la final de la Copa Sudamericana impresionó a fans de todo el continente al eliminar a algunos equipos legendarios de la región.

Con figuras como Cleber Santana, Thiego, Ananias y Bruno Rangel, la mayoría proveniente de clubes grandes de Brasil donde no veían mucha acción, eliminaron en los octavos de final al Independiente de Argentina, donde el portero Danilo se consagró en la definición de penales.

Después eliminaron al Junior de Barranquilla colombiano, y su última víctima fue San Lorenzo de la Argentina en semifinales, tras empatar 1-1 en Buenos Aires y mantener su valla invicta en el Arena Condá, donde en dos campañas internacionales todavía no conoce la derrota.

El último peldaño para alcanzar la gloria era enfrentar a Atlético Nacional de Medellín, actual emperador del fútbol sudamericano por haber ganado hace pocos meses la Copa Libertadores.

A pesar de no ser favoritos, la plantilla de Chapecoense viajaba muy ilusionada a Colombia, donde este miércoles se disputaría el partido de ida. Un encuentro que, por la fatalidad del destino, jamás se jugará.

Antes del 2013 muy pocos conocían al equipo de la región de Santa Catarina que surgió en 1973 tras la fusión de dos entidades y que poco a poco escaló los peldaños que lo llevarían a lo más alto. Ahora todos saben su nombre más allá de las fronteras, pero por las razones equivocadas.

LA CIFRA
1973 Fue el año en que se fundó el Chape, como popularmente se le conoce