Smithsonian cuenta historia de los Latinos
Jossmar Castillo
Washington Hispanic
esde hace ya algún tiempo, los políticos de origen latino a nivel federal han hablado en varias ocasiones sobre la importancia de un museo que cuente la historia de este grupo minoritario y del impacto que ha tenido en la construcción de los Estados Unidos de hoy.
Las propuestas han quedado en el limbo, pero con la recién inauguración del Museo Nacional Afroamericano, el Smithsonian encontró un espacio en Anacostia, en el sureste del Distrito de Columbia, para darle al público una probadita de cómo sería poder echar un vistazo a episodios de importancia actual e histórica que definen quiénes son los latinos.
A principios de diciembre el Museo Comunitario de Anacostia inauguró la exhibición “Gateway/Portales”, que muestra el establecimiento de los latinos y latinas en las ciudades de Baltimore, Maryland; Washington, DC; Raleigh-Durham y Charlotte, en North Carolina y su crecimiento acelerado como comunidad.
A través del arte, entrevistas, imágenes, video y objetos de valor personal, la historia de lucha de los latinos dentro de nuevas y poco gratas comunidades en las cuatro ciudades, se cuenta junto con ejemplos de profesionales exitosos, emprendedores y de quienes persiguen el sueño de ser dueños de un hogar.
Le tomó dos años a Ariana Curtis, la comisaria de la exhibición, y a su equipo de trabajo, completar el trabajo. Dividido en tres secciones Portales habla sobre temas como la justicia social y derechos civiles; sobre la representación de los latinos en las comunidades, y la celebración y representación de su identidad a través de festivales y costumbre tradicionales.
“Los temas poderosos que la exhibición presenta resuenan con las comunidades urbanas por toda la nación y es otro ejemplo de nuestro abordaje pionero al trabajo del museo, cuando nos movemos a celebrar 50 aniversario el otro año”, dijo Lori Yarrish, directora encargada del museo.
Dentro de las piezas se pueden apreciar las botas con las que por tres años Cornelio Campos, un michoacano que se estableció en Durham, North Carolina, trabajó el campo en busca de un sustento.
“No sé ni por qué guardé estas botas, pero puestas en exhibición toman un significado importante
sobre el camino que los inmigrantes recorremos con tal de alcanzar nuestros sueños”, dijo Campos, quien también engalana las paredes de la exhibición con una hermosa pintura.
De igual manera lo hacen las togas con las que estudiantes indocumentados, con riesgos de ser deportados, lograron completar sus sueños de alcanzar una educación superior, a pesar de todos los obstáculos que se encontraban en su camino.