Acusan a esteticista de inyectar bótox falsificado a sus clientes

Un esteticista de la ciudad de Nueva York fue acusado el miércoles de inyectar Botox falsificado a sus clientes en su spa médico después de que algunos de ellos se quejaron de que les hacía sentir mal.

 

Los cargos contra Joey Grant Luther fueron anunciados por autoridades federales, quienes dijeron que algunos clientes enfrentaron lesiones potencialmente mortales después de recibir inyecciones entre 2021 y julio pasado en el negocio de spa en el barrio Hell’s Kitchen de Manhattan.

 

Luther, de 54 años y residente de Manhattan, que según las autoridades no tenía licencia para administrar inyecciones de bótox, fue acusado de fraude electrónico, contrabando y otros delitos relacionados con medicamentos falsificados y mal etiquetados. Las autoridades dijeron que había estado comprando bótox falsificado en países de Asia, incluida China, entre abril de 2023 y julio pasado.

 

Luther fue puesto en libertad bajo fianza de 100.000 dólares. Se envió un mensaje al abogado de Luther para que hiciera comentarios al respecto.

 

La fiscal estadounidense Danielle R. Sassoon dijo en un comunicado que Luther les dijo a sus clientes que el Botox falsificado que compró en China era el auténtico.

 

Ella dijo que siguió inyectándolo a los clientes incluso después de enterarse de que algunos se habían enfermado o tenían síntomas extraños.

 

“La falta de respeto de Luther por la salud de sus clientes puso a todas sus víctimas en peligro y, en algunos casos, provocó lesiones potencialmente mortales”, dijo Sassoon.

 

Según los documentos judiciales, a una de las pacientes de Luther le diagnosticaron botulismo el pasado mes de marzo, tras haber recibido una inyección en el negocio de Luther un mes antes. Una denuncia penal afirmaba que al principio la paciente experimentaba visión doble, mareos, dificultad para tragar, palpitaciones y dificultad para hablar. También decía que no podía levantar los brazos.

 

La denuncia decía que Luther también mintió a sus clientes, diciéndoles que cualquier efecto secundario que sintieran era temporal y asegurándoles que no estaba usando Botox falsificado a pesar de que sabía que lo estaba haciendo.

Durante una redada en el negocio de Luther en marzo pasado, los investigadores encontraron registros que mostraban que se habían producido al menos 700 citas en las que se habían prestado servicios relacionados con Botox, según la denuncia.