Ballet Nacional de Cuba llega al The Kennedy Center en DC

Redacción
Washington Hispanic

El Ballet Nacional de Cuba una de las más prestigiosas compañías danzarias del mundo llega al John F. Kennedy Center for the Performing Arts en Washington DC con dos extraordinarias presentaciones Don Quixote los días martes 29 y miércoles 30 de mayo y Giselle el jueves 31 de mayo al domingo 3 de junio.

El internacionalmente reconocido Ballet Nacional de Cuba debutó en los Estados Unidos en el Kennedy Center hace 40 años. Visto por última vez en el Kennedy Center en 2011, la compañía regresa al escenario de la Ópera con dos extraordinarios ballets: la directora artística Alicia Alonso escenifica el clásico romántico Giselle con coreografías de Jean Coralli y Jules Perrot y su aclamada versión de Don Quijote coreografiada por Alicia Alonso después de Marius Petipa.

Admirada por su bello trabajo de pies, fuertes bailarines y una técnica impecable, la compañía ha adoptado una tradición de excelencia romántica y clásica, ya que Alicia Alonso, Fernando Alonso y Alberto Alonso (el primer bailarín profesional en Cuba) la fundaron en 1948. The Ballet Nacional de Cuba se ha establecido como la más alta expresión de la escuela cubana de ballet, basada en un legado cultural que abarca varios siglos de tradición en la danza teatral combinada con un carácter único impregnado de las características esenciales de la cultura nacional. Alonso, que es una de las bailarinas más veneradas en el ballet, bailó con el American Ballet Theatre, y entre sus muchos papeles principales, es famosa por su interpretación del papel principal en Giselle.

La compañía surge en 1948, con Alicia Alonso como principal fundadora y primerísima figura. En 1950 se crea la Escuela Nacional de Ballet Alicia Alonso, anexa a la compañía profesional. Desde los inicios, su línea artística partió del respeto a la tradición romántica y clásica, estimulando al mismo tiempo el trabajo creativo de coreógrafos que seguían una línea de búsquedas en lo nacional y contemporáneo.

Ya en esta temprana etapa, el montaje de las versiones completas de clásicos como Giselle, El lago de los cisnes o Coppélia, estuvo acompañado de obras procedentes del movimiento renovador de los Ballets Rusos de Diáguilev como Petruschka o La siesta de un fauno; y de ballets creados por coreógrafos nacionales