La ira estudiantil se nutre «de lo que ven en las redes como genocidio», afirma un historiador

En medio de la calma provisoria que vive la Universidad de Columbia de Nueva York tras la represión policial, el profesor de historia de Oriente Medio Rashid Khalidi asegura que la cólera estudiantil se alimenta de las imágenes de la guerra en Gaza que ven en sus teléfonos.

Algunos de los manifestantes que erigieron un campamento en el prestigioso campus son o han sido alumnos de Khalidi, de 75 años, homenajeado la semana pasada con motivo de su jubilación por un ecléctico público en el que había muchos de sus pupilos y profesores universitarios, entre ellos, algunos judíos.

Khalidi, cuyo último libro sobre Palestina ha sido un éxito de ventas desde octubre, rindió a su vez un homenaje a todos los estudiantes que han protestado en un «acontecimiento mundial de cambio», pero en el que cree que no tiene mucho que ver.

«Espero haber tenido algún impacto a través de mis escritos, pero realmente no pienso que los estudiantes estén poniendo en peligro sus carreras por algo que escribí», dijo Khalidi a AFP.

«Creo que lo están haciendo mucho más por lo que vieron en sus teléfonos y a través de las redes sociales», señaló.
«Hay una gran parte de la generación que siente ese imperativo moral de oponerse a lo que ven en sus teléfonos como un genocidio», explicó Khalidi al referirse a la guerra que libra Israel contra Hamás en Gaza.

El homenaje a este académico fue posterior a la entrada de la policía al campus el 30 de abril para desalojar un edificio donde se había atrincherado un grupo de manifestantes y destruir el campamento que habían levantado dos semanas antes.

Algunos estudiantes se han quejado de que las protestas fueron intimidatorias y derivaron hacia el antisemitismo y la incitación al odio, mientras que los manifestantes han insistido en que sus consignas y críticas se dirigen contra la actuación del gobierno israelí en el conflicto de Gaza y que el antisionismo debe distinguirse del antisemitismo.

– «Los políticos no escuchan» –

La mañana siguiente al desalojo, Khalidi, flanqueado por otros profesores, criticó con dureza la intervención policial en unas declaraciones ampliamente compartidas en las redes sociales.

Dijo que la rectora de Columbia, Minouche Shafik, y otras autoridades de la universidad «quedarían en la infamia», como los administradores de Columbia en 1968, que llamaron a la policía para reprimir a los manifestantes contra la guerra de Vietnam, una medida que los dirigentes universitarios posteriores han denunciado.

Khalidi ingresó a Columbia en 2003, fue cofundador del Centro de Estudios Palestinos, inaugurado en 2010 y catedrático de Estudios Árabes Modernos. También ha trabajado en la Universidad Americana de Beirut y en la Universidad de Chicago, entre otras.

Asesoró a la delegación palestina en la Conferencia de Paz de Madrid en 1991, y con frecuencia los medios de comunicación recurren a él para explicar el punto de vista palestino sobre el conflicto.

Hijo de un funcionario de Naciones Unidas, Khalidi, nacido en Nueva York, vincula su evolución como pensador comprometido políticamente a sus antepasados.

Su libro The Hundred Years’ War on Palestine: A History of Settler Colonialism and Resistance 1917-2017 (La Guerra de los Cien Años en Palestina: Historia del colonialismo de colonos y de la resistencia 1917-2017) intercala su relato familiar con la historia de Palestina.

El libro de 2020, que se convirtió en éxito de ventas poco después de los atentados del 7 de octubre de Hamás en Israel, ha sido aclamado como lectura obligada para entender este viejo conflicto, aunque los críticos lo han calificado de relato selectivo que confunde a Israel con las potencias colonizadoras tradicionales.

Khalidi considera que otras universidades han demostrado una mejor gestión de las protestas ya que los manifestantes depusieron sus sentadas tras obtener concesiones de la dirección.

Una de sus exigencias es que las universidades corten sus lazos económicos con Israel y con las empresas que se benefician de la guerra.
Pero ante la falta de una solución a la causa que ha motivado sus protestas «porque los políticos no escuchan», Khalidi vaticina que los estudiantes van a seguir «armando lío».