Síntomas de estrés: consecuencias en tu cuerpo y en tu conducta diaria

Los síntomas de estrés pueden estar afectando tu salud, aunque no te des cuenta. Puedes pensar que una enfermedad es la culpable de ese dolor de cabeza irritante, de tu frecuente insomnio o de tu menor productividad en el trabajo. Pero el estrés puede ser la causa.

De hecho, los síntomas de estrés pueden afectar tu cuerpo, tus pensamientos y sentimientos, y tu comportamiento. Ser capaz de reconocer los síntomas comunes de estrés puede ayudarte a controlarlos. El estrés que no se controla puede contribuir a muchos problemas de salud, como la presión arterial alta, las enfermedades cardíacas, la obesidad y la diabetes.

Ponte en movimiento para controlar el estrés

Si tienes síntomas de estrés, tomar medidas para controlar su estrés puede tener muchos beneficios para la salud. Explora estrategias de manejo del estrés, como las siguientes:

Hacer actividad física con regularidad

Practicar técnicas de relajación, tales como respiración profunda, meditación, yoga, taichi o masajes

Mantener el sentido del humor

Pasar tiempo con la familia y los amigos

Reservar tiempo para pasatiempos, como leer un libro o escuchar música

Trata de encontrar maneras activas de controlar el estrés. Las formas inactivas de controlar el estrés, como ver la televisión, navegar por Internet o jugar videojuegos, pueden parecer relajantes, pero pueden aumentar el estrés a largo plazo.

Y asegúrate de dormir lo suficiente y mantener una alimentación saludable y equilibrada. Evita el uso de tabaco, el exceso de cafeína y alcohol, y el uso de sustancias ilegales.

Cuándo buscar asistencia

Si no estás seguro de si el estrés es la causa o si has tomado medidas para controlarlo pero los síntomas continúan, consulta a tu médico. Es posible que tu proveedor de atención médica quiera buscar otras causas potenciales. O plantéate la posibilidad de ver a un consejero o terapeuta profesional, quien puede ayudarte a identificar las fuentes de tu estrés y aprender nuevas herramientas para enfrentarlo.

Además, busca ayuda de emergencia inmediatamente si tienes dolor en el pecho, en especial si también tienes dificultad para respirar, dolor en la mandíbula o en la espalda, dolor que se irradia al hombro y al brazo, sudoración, mareos o náuseas. Estos pueden ser signos de advertencia de un ataque cardíaco y no simplemente síntomas de estrés.

¿Respetas la conexión entre el cuerpo y la mente?

¿Te sientes estresado? Prueba la meditación y saca provecho de la conexión mente-cuerpo. Durante la meditación, concéntrate en una sola idea o frase, y libérate de la maraña de pensamientos que abruman la mente. Meditar incluso unos minutos puede ayudarte a sentirte más calmado y menos extenuado.

Cómo puedo controlar el aumento de peso asociado con el estrés

Al estar bajo estrés, te puede ser más difícil comer saludablemente. Además, en momentos específicos de estrés muy alto, es posible que comas con la intención de satisfacer necesidades emocionales. En este caso, se dice que se come por estrés o por factores emocionales. Durante los momentos de estrés, es muy probable que comas alimentos con muchas calorías, aunque no tengas hambre.

Para prevenir el aumento de peso y reducir el riesgo de obesidad, mantén el estrés bajo control. Al sentir menos estrés y más control en tu vida, te será más fácil mantener una alimentación saludable y el hábito de hacer actividad física.

Prueba con estas técnicas de control del estrés para combatir el aumento de peso relacionado con el estrés:

Reconoce las señales de alerta del estrés, como ansiedad, irritabilidad y tensión muscular.

Antes de comer, pregúntate por qué estás comiendo: ¿tienes hambre realmente, o es por estrés o ansiedad?

Si sientes la tentación de comer pero no es por hambre, busca una distracción.

No te saltees comidas, en especial, el desayuno. Si estas apurado, toma una fruta antes de salir.

Sigue una dieta saludable, como una que consista en cereales integrales y una variedad de frutas y vegetales. Intenta incorporar la mayoría de los grupos de alimentos en tus comidas.

Identifica los alimentos que te reconfortan pero que son muy calóricos y no los tengas en tu casa ni en la oficina.

Lleva un registro de tu conducta y de tus hábitos de alimentación para buscar patrones y conexiones, y luego analiza la forma de superarlos.

Aprende técnicas de resolución de problemas para anticipar los desafíos y enfrentar los contratiempos.

Practica técnicas de relajación, como yoga, estiramiento, masajes, respiración profunda o meditación.

Realiza actividad física o ejercicios de forma regular.

Duerme lo suficiente.

Pídeles a tus familiares y amigos que te apoyen.

Si pruebas las técnicas de control del estrés por tu cuenta pero esto no parece funcionar, considera buscar ayuda profesional a través del asesoramiento psicológico o la psicoterapia.