Retorno triunfal de Ferrari a las 24 Horas de Le Mans
Ferrari puso fin a una ausencia de 50 años en las 24 Horas de Le Mans al destronar el domingo a Toyota en la edición centenaria de la carrera más emblemática del automovilismo deportivo en el mundo.
El equipo italiano no competía en Le Mans desde 1973, pero regresó al Circuito de la Sarthe este año como parte de una nueva categoría de ‘hypercar’ con tecnología híbrida.
La presencia de los ‘hypercar’ obedeció a una convergencia de las reglas que permitieron la participación de autos de la serie IMSA, de Estados Unidos, en Le Mans, además de crear una plataforma para mostrar su tecnología para los autos deportivos.
Ferrari estuvo trabajando en su propio programa —dos autos que compiten en el mundial de resistencia— durante varios años como parte de una estrategia similar a la trama de “Ford v Ferrari”, la película que se enfocó en los entretelones e intrigas en torno al exitoso proyecto de Ford en 1963 para poner fin al reinado de Ferrari en Le Mans.
Los papeles se invirtieron esta vez. Ferrari asumió el papel de derribar a un gigante: los autos de Toyota Gazoo, ganadores de las últimas cinco ediciones de la carrera.
Toyota sufrió un golpe previo a la carrera cuando los organizadores añadieron peso extra a los dominantes GR010 en un polémico ajuste que buscaba equilibrar la competencia.
Ferrari, con sus 499P, capitalizó y barrió las primeras posiciones en la clasificación y neutralizó cada desafío de Toyota. Las posibilidades de victoria se desmoronaron durante la noche cuando Kamui Kobayashi se estrelló y Ferrari quedó dos contra uno a favor.
El trio conformado por los italianos Alessandro Pier Guidi y Antonio Giovinazzi y el británico James Calado -con el piloto de Fórmula Uno, Charles Leclerc, viendo desde el garaje- se llevó una fácil victoria. Mantuvieron una sólida ventaja incluso antes que el campeón reinante Ryō Hirakawa metiera frenos con su Toyota y embistiera el muro cuando faltaba 1 hora y 44 minutos de carreras.
Se precisaron tres minutos para reparar el auto, tiempo que resultó insuficiente para Chip Ganassi Racing, el equipo que representó a Estados Unidos en Le Mans por IMSA.
La carrera
La experiencia de Toyota, dominante en los últimos años; la sorpresiva aparición de Peugeot, que con el auto N°94 -Gustavo Menezes, Loic Duval y Nicolás Muller- se erigió al frente cuando la lluvia modificó los planes de la carrera para todos los garajes; la fiabilidad que enseñaron los Cadillac, expectantes desde el tercer y cuarto puesto en el clasificador y a la espera de un error de los punteros; los momentos iniciales de Porsche -la fábrica cumple 75 años y las 24 Horas de Le Mans era el mejor premio para la marca más ganadora de la historia, con 19 triunfos-, todo eso empujaba a que la carrera del centenario se presentara como la mejor en calidad y perspectiva de las últimas dos décadas.
Y ahí estuvo Ferrari para demostrar su grandeza, aunque también para sufrir: la victoria se decantó a menos de dos horas de la bandera a cuadros, cuando el japonés Ryo Hirakawa, que descontaba en los cronómetros, golpeó el Toyota N°8 contra el muro en Arnage. La distancia intranquilizadora de 15 segundos saltó a tres minutos y resultó insalvable.
La noche más corta del año, el sábado 10, le dio paso al amanecer del domingo y Ferrari debía jugar sus cartas para derrumbar a Toyota, que con el auto N°8 se mantenía al frente. Al final, el equipo Ferrari tumbó a un gigante: los autos de Toyota Gazoo, que ganaron las últimas cinco ediciones de la carrera.
Brendon Hartley dominaba a Giovinazzi y en el cambio de pilotos empezó a inclinarse la victoria hacia el lado italiano. Pier Guidi limó la brecha de 17 segundos a Hirakawa y en la parada en boxes los mecánicos empujaron a la cima a Ferrari, con una luz de seis segundos que el piloto estiró en la pista a 25.